IH.1 El fenómeno de la conducción
eléctrica fue descubierto por Stephen Gray en 1729 al observar que
cuando un tubo de vidrio se cargaba con electricidad por frotamiento, los
tapones de sus extremos, que no habían sido frotados, también
se cargaban, por lo cual, el fluido eléctrico había pasado
del vidrio al corcho.
Ver
Biografía
Antes de proceder al experimento, puede ser necesario dar una descripción
del tubo. Su longitud es tres pies y cinco pulgadas y cerca de una pulgada
y dos décimos de diámetro: Doy las dimensiones medias, pues
el tubo es más ancho en los extremos que en el centro, donde el agujero
mide sobre una pulgada. En cada extremo puse un corcho para evitar que entrara
polvo cuando el tubo no estuviera en uso.
El primer experimento que hice fue ver si podía encontrar alguna
diferencia en su atracción cuando el tubo estuviera tapado en los
extremos por los corchos o cuando estuviera abierto, pero no pude percibir
ninguna: manteniendo un plumón sobre el extremo superior del tubo,
era atraído y repelido tanto por el corcho como por el tubo cuando
era excitado frotando. Yo mantenía entonces el plumón sobre
el extremo plano del corcho, que la atraía y repelía muchas
veces sin interrupción; por ello yo estaba muy sorprendido y concluí
que había sido comunicada una virtud eléctrica a él
por el tubo excitado. H2.0.Ej.1. Argumentar que
la experiencia descrita sea una prueba de la conducción eléctrica.
H2.0.Ej.2 ¿Por qué crees que sale despedido el plumón
y no sale despedido el corcho con el tubo?
La teoría de la electricidad como
dos fluidos
Haciendo el experimento relatado por Otto de Guerike en su colección
de experimentos de Spatio Vacuo, que consiste en hacer una bola de azufre
y electrizarla para repeler una pluma. He descubierto un principio muy simple,
que considera una gran parte de las irregularidades, y si puede usarse el
término, caprichos, que parecen acompañar la mayor parte de
los experimentos de electricidad. Este principio es, que los cuerpos eléctricos
atraen a todos aquellos que no lo son y repelen aquellos que han llegado
a ser eléctricos por vecindad o contacto con el cuerpo eléctrico.
H2.1.Ej1 Si tuvieras que llamar a este principio, teoría,
hipótesis,
ley, observación
o experimento,
¿cómo lo llamarías?.
Entonces, el pan de oro es primero atraído por el tubo, y adquiere
electricidad por aproximación a él y consecuentemente, es
de inmediato repelido por él. No es atraído mientras retiene
su cualidad eléctrica. Pero sí mientras es sostenido en el
aire, tropieza casualmente con algún otro cuerpo, pierde su electricidad
inmediatamente, y consecuentemente es atraído de nuevo por el tubo,
que después de haberle dado una nueva electricidad lo repele por
segunda vez; y continúa, mientras el tubo mantenga su electricidad.
H2.1. Ej 2 Explica este comportamiento de los trocitos de pan
de oro utilizando las ideas actuales sobre las fuerzas entre cargas eléctricas.
IC.4.
Aplicando este principio a varios experimentos de electricidad, se sorprende
uno del número de oscuros y complicados hechos que aclara.
La casualidad ha puesto en mi camino otro principio más universal
y notable que el precedente y que proyecta una nueva luz en la cuestión
de la electricidad. Este principio es que hay dos
clases de electricidad distintas, muy diferentes una de la otra, una
de las cuales yo llamo electricidad vitrosa y la otra, electricidad resinosa.
La primera es la del vidrio, cristal de roca, piedras preciosas, pelo
de animales, lana y muchos otros cuerpos. La segunda es la del ámbar,
copal, goma-laca, seda, madera, papel y un vasto número de otras
sustancias. La característica de estas dos electricidades es que
un cuerpo de la electricidad vitrosa, por ejemplo, repele a todos los
de la misma electricidad y por el contrario atrae a todos aquellos de
la electricidad resinosa; por tanto, un tubo de vidrio repelerá
al vidrio, pelos de animales, etc. cuando se vuelve eléctrico y
atraerá seda, madera, papel, etc. El ámbar, por el contrario,
atraerá vidrio y otras sustancias de la misma clase y repelerá
goma-laca, copal, seda, madera, etc. Dos cintas de seda, electrificadas
se repelerán mutuamente; dos hebras de lana harán lo mismo;
pero una hebra de lana atraerá a una cinta de seda.
H2.1. Ej 3 Indica cuáles de entre las afirmaciones anteriores
tienen, preferentemente, el carácter de ley, cuáles de teoría
y cuáles de hechos.
En orden a saber inmediatamente a cuál de las dos clases de electricidad
pertenece un cuerpo, cualquiera que sea, necesitamos sólo volver
eléctrica una hebra de seda, que se sabe que pertenece a la clase
de electricidad resinosa y ver si el cuerpo, vuelto eléctrico,
la atrae o la repele. Si la atrae, es de la clase de electricidad que
yo llamo vítrea, si por el contrario la repele, es de la misma
clase de electricidad que la seda, esto es, resinosa. Yo he observado
así mismo, que la electricidad comunicada retiene las mismas propiedades:
pues si una bola de madera o marfil, puesta en un pedestal de vidrio,
se vuelve eléctrica por el tubo de vidrio, repelerá todas
las sustancias que el tubo repela, pero si se vuelve eléctrica
aplicando un cilindro de goma-laca, producirá efectos contrarios,
precisamente los mismos que la goma-laca produciría.
Para tener éxito en estos experimentos, se requiere que los cuerpos
que se ponen cerca uno del otro para hallar la naturaleza de su electricidad,
se vuelvan tan eléctricos como sea posible; pues si uno de ellos
no era sino débilmente eléctrico, sería atraído
por el otro, aunque lo sería de tal suerte que luego sería
repelido por él. El experimento ocurrirá perfectamente bien
si ambos cuerpos son suficientemente eléctricos.
H2.1.Ej4 ¿Qué deberíamos observar para suponer
que hay tres clases
de carga?
La teoría de la electricidad como
un fluido.
1- Una persona de pie en cera, frotando un tubo, y otra persona en cera,
conduciendo el fuego, a condición de que no estén tocando
a otro, muestran estar electrificados a otra persona de pie en el suelo;
esto es, el que está en el suelo, percibirá un chispazo, aproximando
a cada uno de ellos su nudillo.
2- Pero si las personas que están en cera tocan a otra durante el
frotamiento del tubo, ninguna de ellas parecerá estar electrizada.
3- Si ellos se tocan mutuamente después del frotamiento del tubo
y la conducción del fuego antes mencionado, será más
fuerte el chispazo entre ellos que entre uno de ellos y la persona del suelo.
4- Después de tan fuerte chispazo, ninguno de ellos mostrará
nada de electricidad.
Intentaremos dar cuenta de estas experiencias:
Suponemos, como hemos dicho anteriormente, que el fuego eléctrico
es un elemento común, del cual cada una de estas tres personas tiene
su parte igual, antes de que comience cualquier operación con el
tubo. A, quien permanece sobre la cera y frota el tubo, recolecta el fuego
eléctrico dentro del vidrio; y estando su comunicación con
el almacén común, cortada por la cera, su cuerpo no recibe
suministro inmediatamente. B, que permanece sobre la cera igualmente, pasando
su nudillo cerca del tubo recibe el fuego, que era recolectado por el vidrio,
de A; y estando cortada la comunicación con el stock común,
retiene la cantidad adicional recibida. Al observador C, de pie en el suelo,
ambos le parecen electrizados; pues teniendo él sólo una cantidad
intermedia de fuego eléctrico, recibe un chispazo cuando se aproxima
a B, que tiene un exceso pero da un chispazo a A, quien tiene un defecto.
Si A y B se aproximan el uno al otro para tocarse, el chispazo es más
fuerte porque la diferencia entre ambos es mayor. Después de ese
toque ya no habrá chispazos entre ellos y C porque el fuego eléctrico
en todos se habrá reducido a su valor original. Si ellos tocan algo
mientras se electrizan, la igualdad no es destruida pues el fuego está
circulando.
|
Fig H2.2.3
Un modelo de distribución del fluido único |
De aquí han surgido nuevos términos entre nosotros. Decimos
que B (y cuerpos en las mismas circunstancias) está electrizado
positivamente; A, negativamente; o mejor, B está electrizado más
y A, menos. Y nosotros en nuestros experimentos electrizamos más
o menos, según nos parezca apropiado. Para electrizar más
o menos no se necesita saber más que esto; que las partes del tubo
o esfera que son frotados, en el instante de la fricción atraen
al fuego eléctrico y por tanto éste es tomado de la cosa
que frota. Las mismas partes, inmediatamente, cuando la fricción
en ellas cesa, están dispuestas a dar el fuego, que han recibido,
a cualquier cuerpo que tenga menos. Entonces, este fuego puede hacerse
circular, como lo ha demostrado Mr. Watson; también puede acumularse
o sustraerse, en o desde cualquier cuerpo, como cuando se conecta ese
cuerpo con la goma o con el receptor, estando cortada la comunicación
con el almacenamiento.
Precisiones sobre la teoría del fluido
único.
1- La materia eléctrica consiste en partículas extremadamente
sutiles, puesto que puede penetrar la materia ordinaria, incluso los metales
más densos, con tanta facilidad y libertad que no sufre resistencia
alguna, perceptible.
3- Lo que diferencia la materia eléctrica de la materia ordinaria
es que las partículas de esta última se atraen mutuamente,
mientras que las de la primera se repelen.
4- Pero aunque las partículas de la materia eléctrica se
repelen, son atraídas fuertemente por cualquier otra materia.
6- Así pues, la materia ordinaria es una especie de esponja para
el fluido único. Una esponja no podría absorber agua si
las partículas de agua no fueran más pequeñas que
los poros de la esponja y la absorbería muy lentamente si no hubiera
una atracción recíproca entre esas partículas y las
de la esponja. Aún lo haría más deprisa si en vez
de una tal atracción hubiera una repulsión entre las partículas
de agua, que actuara en conjunción con la atracción de las
mismas por la esponja. Esto es lo que ocurre entre la materia eléctrica
y las materia ordinaria.
7- Pero la materia contiene en general, tanta materia eléctrica,
cuanta puede contener. Si se le añade más, la añadida
se coloca en la superficie y constituye lo que llamamos una atmósfera
eléctrica: el cuerpo estará entonces electrizado.
9- Sabemos que un fluido se encuentra en la materia ordinaria porque podemos
extraerlo de ella por medio del globo (la máquina) o del tubo.
15- La forma de la atmósfera es la del cuerpo al que rodea. Puede
hacerse visible en le aire tranquilo por medio de humo de resina. que
es atraído y se distribuye por todos lados, cubriendo y escondiendo
al cuerpo.
18- Esas explicaciones me parecieron plenamente satisfactorias pero ahora
tengo algunas dudas.
19- Pero no es muy importante para nosotros saber de qué modo cumple
la naturaleza sus leyes: nos basta con conocer dichas leyes. Lo que verdaderamente
es útil es saber que la porcelana abandonada al aire, cae y se
rompe; pero saber cómo llega a caer y por qué se rompe es
de interés especulativo. Es un placer para nosotros pero aun sin
eso podemos proteger nuestra porcelana.
Hay todavía un experimento que nos sorprende y para el cual no
tenemos explicación satisfactoria. Los cuerpos que tienen menos
electricidad que la que les es normal (cargados negativamente), se repelen
los unos a los otros, exactamente igual que los que tienen más
electricidad que la que les es normal.
|
Fig H2.2.4
Un modelo de distribución del fluido único,
más acorde con la información.
A la vista de la precisión nº7, es más adecuada
la representación de la Fig H2.2.4 que la de la Fig H2.2.3
para la distribución del fluido eléctrico |
H2.2. Ej 1 Escribe un breve ensayo diferenciando las descripciones
de hechos que se describen en el texto de Franklin y los aspectos más
teóricos
H2.2. Ej 2 Explica las observaciones de Franklin utilizando las
ideas actuales de cargas eléctricas y su comportamiento, conductores,
aislantes, etc.
H2.2. Ej 3 Escribe un breve ensayo indicando dónde se
muestra conducción de la electricidad en las experiencias descritas
por Franklin.
H2.2. Ej 4 Explica con la teoría del fluido único la producción
del arco voltáico mediante la pila de Volta.
H2.2. Ej5 La figura H2.2.4 representa mejor que la H2.2.3, las
ideas de Franklin, después de conocer sus precisiones sobre la
teoría del fluido único. Con estas precisiones trataba de
explicar no sólo los fenómenos de descargas (chispas) sino
también los de atracciones y repulsiones. Una manera de electrizar
un pañuelo de seda y un tubo de vidrio es frotar el tubo con el
pañuelo. Trata de hacer un esquema en el que representes dos pañuelos
y dos tubos, con sus respectivas materias eléctricas, antes de
ser frotados y después de ser frotados. Sabemos que después
de frotarlos, los tubos se repelerán entre sí, los pañuelos
se repelerán entre sí y los tubos atraerán a los
pañuelos. Explica, en lo que se pueda, estas atracciones y repulsiones
con la teoría del fluido único de Franklin. Puedes ver un
esquema pinchando aquí.
Puedes hacer una comprobación experimental con dos globos de goma
hinchados, en vez de tubos de vidrio y dos paños de lana, en vez
de pañuelos de seda.
La botella de Leiden
En el mes de Enero del presente año, M. de Reamur me mostró
una carta de M. Musschenbroek, profesor de filosofía y matemáticas
de la Universidad de Leyden: entre las varias materias tratadas en dicha
carta, había una que atrajo particularmente la atención de
la Academia. Doy aquí su contenido, traducido del Latín: "Voy
a hablar a usted sobre un nuevo y terrible experimento, que le advierto
que no trate de hacerlo usted mismo. Estaba haciendo algunas investigaciones
sobre la fuerza de la electricidad; por este motivo yo había suspendido
por dos hilos de seda azul, un cañón que recibía por
contacto la electricidad de un globo de vidrio que estaba girando rápidamente
en su eje, mientras era frotado por las manos colocadas sobre él;
en el otro extremo B, colgaba libremente un alambre de latón, el
extremo del cual, pasaba dentro de una redoma redonda de vidrio D, parcialmente
llena con agua, que yo asía con mi mano derecha F, y con la otra
mano E, trataba de atraer chispas del cañón electrificado,
mi mano derecha F, fue sacudida tan violentamente que todo mi cuerpo fue
afectado como si hubiera sido alcanzado por un rayo; la redoma, aunque hecha
de vidrio delgado, no se rompió, y la mano no se desplazó
por esa perturbación, pero el brazo y todo el cuerpo fue afectado
de un modo terrible, que no puedo describir: en una palabra, pienso que
todo se levantó conmigo. Pero es muy notable que cuando el experimento
se trata de hacer con un vidrio inglés no hay efecto, o al menos,
casi no lo hay; el vidrio debe ser alemán; ni siquiera el de holanda
produce el efecto; es indiferente si tiene forma de esfera o de cualquier
otra figura: podemos usar una copa ordinaria, grande o pequeña, gruesa
o delgada, profunda o no; pero lo que es absolutamente necesario es que
esté hecha de vidrio alemán o bohemio; uno de los que casi
me mató estaba hecho con un vidrio blanco, delgado, de cinco pulgadas
de diámetro. La persona que realiza el experimento, puede simplemente
permanecer en el suelo pero es importante que el mismo hombre que sujete
la redoma con una mano, trate de atraer la chispa con la otra mano; el efecto
es muy suave si esas acciones son realizadas por dos personas diferentes:
si la redoma D se coloca en un soporte metálico, colocado en una
mesa de madera, entonces, aquel que toca ese metal, incluso con el extremo
de un dedo y atrae la chispa con la otra mano, recibe un gran shock."
Actualmente sabemos que la botella de Leiden es un tipo de condensador.
H2.3.Ej1 Utiliza la información sobre condensadores para
explicar el comportamiento de la botella de Leyden.
H2.3.Ej2 Escribe un breve ensayo indicando donde se muestra conducción
de la electricidad en las experiencias descritas por Nollet.
Electricidad (1750 aprox)
Esta palabra significa en general los efectos de una materia muy fluida
y muy sutil, diferente por sus propiedades de todas las otras materias
que conocemos; que se ha reconocido capaz de unirse a casi todos los cuerpos,
pero a algunos con preferencia; que parece moverse con una muy gran velocidad,
siguiendo leyes particulares; y que produce por sus movimientos fenómenos
muy singulares de los cuales vamos a dar una historia en este artículo.
Los sentimientos de los físicos están divididos sobre la
causa de la electricidad: todos sin embargo coinciden en la existencia
de una "materia eléctrica" más o menos recogida
alrededor de los cuerpos electrificados, y que produce por sus movimientos
los efectos de electricidad que percibimos; pero explican cada uno de
una manera diferente las causas y las direcciones de esos diferentes movimientos.
Ver "fuego eléctrico", donde damos cuenta de sus opiniones.
Nos contentaremos aquí con exponer los principales fenómenos
de la electricidad y las leyes que la naturaleza ha parecido seguir, produciéndolos.
Como no se conoce todavía la esencia de la materia eléctrica
de otro modo que por sus principales propiedades. Aquella de atraer y
repeler a cuerpos ligeros es una de las más notables, y que podría
servir mejor para caracterizar la materia eléctrica ya que ella
está junto a casi todos sus efectos, y que permite reconocer su
presencia incluso en los cuerpos que contienen la más pequeña
cantidad.
Se encuentra en los más antiguos monumentos de la Física
que los Naturalistas de todo tiempo han reconocido al ámbar la
propiedad de atraer pajas y otros cuerpos ligeros. Se ha percibido seguidamente
que los cuerpos bituminosos y resinosos, tales como el azufre, el azabache,
la seda, la resina, tenían también esa propiedad; que el
vidrio, las piedras preciosas, la seda, la lana, la crin, y casi todos
los pelos de animales, tenían la misma virtud; que era suficiente
secar bien esos cuerpos y frotarlos un poco para ver volar hacia ellos.
Sobre estos ejemplos se ha calentado después un poco más
vivamente y frotado con más paciencia una infinidad de otros cuerpos,
y se ha encontrado también la misma propiedad; de esta suerte,
siguiendo más lejos con este examen se ha asegurado que todos los
cuerpos de la naturaleza pueden llegar a ser eléctricos, siempre
que sean secados y frotados perfectamente.
Sin embargo los metales se han sustraído constantemente a esta
prueba; enrojecidos, frotados, golpeados, limados, no han dado jamás
el menor signo de atracción eléctrica, de suerte que son
una excepción a la regla general, así como el agua y todos
los licores, que es imposible someter a frotamiento.
Posteriormente distingue entre diferentes grados de facilidad para
electrizarse por frotamiento , los cuerpos.
a) Se llama cuerpos eléctricos a aquellos que se electrizan fácilmente
al ser frotados: diamantes, vidrio, goma-laca, asfalto, azufre, seda,
pelos de animales.
b) Se llama cuerpos no eléctricos a los que no se electrizan por
frotamiento o lo hacen muy poco: agua y líquidos, metales, animales
vivos, plantas vivas y muchos materiales que provienen de ellas.
É aunque los metales y líquidos no se electrifican por frotamiento,
pueden llegar a ser eléctricos por simple aproximación de
un cuerpo electrizado. la pierden (la virtud eléctrica) con la
misma facilidad con que la reciben, si no se toma alguna precaución
para fijarla.
Así una barra de hierro llegará a ser eléctrica por
la aproximación de un tubo de vidrio frotado, si es sostenida horizontalmente
por otros dos tubos de vidrio bien secos, o suspendida de cordones de
seda, o finalmente, colocada sobre un pan de resina de algunas pulgadas
de espesor.
Es igualmente necesario que los cuerpos que se quieren electrificar por
frotamiento estén exentos de toda humedad. Esta condición
no es más esencial que el frotamiento para la producción
de electricidad: la humedad se lleva tras sí y desvía la
materia eléctrica pero ello no impide que sea excitada; ella no
nos arrebata más que la apariencia de sus efectos sin aniquilarlos
verdaderamente.
La llama parece impedir más positivamente la electricidad; aproximando
solamente una vela encendida a un tubo de vidrio frotado o a una barra
de hierro electrizado por comunicación, se ve disminuir sensiblemente
su virtud eléctrica.
Se ignora cuál es el más eléctrico de todos los cuerpos,
a causa de la dificultad que hay para compararlos exactamente volumen
a volumen.
Para evitar la fatiga del frotamiento y también para volver los
fenómenos eléctricos mucho más fuertes y más
aparentes se ha sustituido el tubo por un globo de vidrio de alrededor
de un pie de diámetro y línea y media de espesor, que se
hace girar muy rápidamente, mientras se aplican las manos en el
ecuador del globo.
La aplicación de otros cuerpos eléctricos bien secos a la
superficie del globo frotado no tiene como efecto disminuir su virtud
sensiblemente. Por el contrario, la vecindad de cuerpos no eléctricos
o su aplicación inmediata en el tubo, disminuye muy prontamente
la electricidad que se ha producido con el frotamiento. Esta propiedad
de los metales de apagar casi en un instante la virtud eléctrica
no tiene lugar más que si se establece una comunicación
entre el cuerpo eléctrico y la tierra por medio de la cual las
emanaciones que extiende se dirigen y se transmiten prontamente a nuestro
globo.
La corriente eléctrica
El descubrimiento se hizo de este modo. Yo había diseccionado y preparado
una rana como se presenta en la figura (H2.5.2) y mientras estaba atendiendo
a otra cosa la coloqué en una mesa en la cual había una máquina
eléctrica separada de ella por un espacio considerable. Entonces,
cuando una de las personas que estaban presentes tocó accidental
y suavemente los nervios crurales DD de la rana con la punta del escalpelo,
todos los músculos de las piernas parecieron contraerse más
y más, como si fueran afectados de fuertes garrampas. Otra persona
que estaba allí ayudándonos en nuestras investigaciones eléctricas,
consideró que la acción tuvo lugar cuando se descargaba un
chispazo desde el conductor de la máquina. Mi asombro por este nuevo
fenómeno atrajo mi atención hacia él y aunque tenía
en la mente otras cosas, fue penetrando en mi pensamiento. Después
de aquello, yo estaba inflamado por un increíble entusiasmo e impaciencia
por traer luz a todo lo que le concernía. Por consiguiente, yo mismo
toqué uno u otro nervio con la punta del cuchillo, y al mismo tiempo,
uno de los presentes atrajo una chispa. El fenómeno era siempre el
mismo. Sin falta ocurrían enérgicas contracciones en cada
músculo de la pierna, en el mismo instante en el cual el chispazo
saltaba, como si el animal hubiese estado afectado por el tétanos.
Con la creencia de que estos movimientos podían provenir del contacto
con la punta del cuchillo, que quizás causaba la condición
excitada, más que el chispazo, toqué los mismos nervios de
nuevo del mismo modo, en otras ranas, con la punta del cuchillo y, claro
está, con mayor presión, y no salió una chispa durante
este tiempo. Ahora no pudo detectarse ningún movimiento. Por tanto
llegué a la conclusión de que quizá para excitar el
fenómeno se necesitaban ambos, el contacto de un cuerpo y el chispazo
eléctrico.
Por tanto, de nuevo presionó la hoja del cuchillo en el nervio y
lo mantuve así en reposo mientras la chispa pasaba, no estando la
máquina en movimiento. El fenómeno sólo ocurría
mientras las chispas estaban pasando.
Repetíamos el experimento usando siempre el mismo cuchillo. Pero
era notable que cuando la chispa pasaba, algunas veces los movimientos ocurrían
y otras veces no. Excitado por la novedad del fenómeno emprendimos
la investigación en una y otra vía, para seguirlas experimentalmente,
mientras todavía usábamos el mismo escalpelo, para así,
si era posible, descubrir las causas de estas inesperadas diferencias. Y
este nuevo esfuerzo no quedó sin resultados. Descubrimos que el fenómeno
total se adscribía a las diferentes partes del escalpelo, por las
cuales era asido por los dedos. El escalpelo tenía un mango de hueso,
y si este mango era sujetado por la mano, no ocurrían contracciones
cuando el chispazo pasaba; pero sí que ocurrían si el dedo
quedaba en la hoja metálica o en el remache de hierro por el cual
la hoja se sujetaba al mango.
Puesto que los huesos secos y limpios tienen una naturaleza
eléctrica pero la hoja de metal y el remache tienen una naturaleza
conductora, también llamada no eléctrica fuimos
conducidos a asumir que las condiciones eran tales que si sujetábamos
el mango de hueso con los dedos, el fluido eléctrico que, de un modo
u otro era activo en la rana, podía ser mantenido fuera de ella íntegro,
pero podía entrar, si nosotros tocábamos la hoja o el remache
que estaba conectado con ella.
Para dejar la cuestión fuera de toda duda, usamos, en lugar del escalpelo,
algunas veces una delgada barra de vidrio H, que había sido limpiada
de polvo y humedad, y otras veces una barra de hierro G. Con la barra de
vidrio, no sólo tocamos los nervios de la pierna, sino que la frotamos
fuertemente mientras los chispazos iban pasando. Pero en vano; a pesar de
todo nuestro empeño, el fenómeno nunca aparecía, incluso
cuando un número de potentes chispazos eran conducidos desde el conductor
a la máquina a una peque–a distancia del animal. El fenómeno
ocurría, si embargo, si nosotros tocábamos el nervio, aunque
fuese sólo ligeramente y sólo pasaran pequeñas chispas.
La Fuerza de la Electricidad Animal en el Movimiento Muscular
Después de que hubiésemos investigado las fuerzas de la
electricidad atmosférica durante las tormentas, nuestros corazones
ardían en deseos de investigar también la fuerza de la electricidad
en periodos de tiempo tranquilos durante el día.
Por consiguiente, como yo había sabido casualmente, que las ranas
preparadas que estaban colgadas en un gancho de latón que pasaba
a través de su médula espinal al enrejado de hierro que
cerraba un pensil de nuestra casa, mostraban las contracciones usuales,
no sólo cuando estaba relampagueando, sino cuando el cielo estaba
claro y diáfano. Yo pensé que el origen de estas contracciones
podría estar fundado en los cambios que, sin embargo continuaban
en la electricidad atmosférica. Sin embargo, yo comencé,
no sin esperanza, cuidadosamente a investigar la acción de esos
cambios en el movimiento muscular y a montar experimentos en una dirección
y otra. Entonces observé a diferentes horas y, naturalmente, días,
animales convenientemente preparados, pero a penas tuvo lugar movimiento
alguno de los músculos. Finalmente, cansado de esta espera inútil,
comencé a apretar y estrujar los ganchos con los que eran sujetados
por la médula espinal, de la reja de hierro para ver si tal artificio
podía excitar la contracción de los músculos y si
en lugar de eso, dependiendo de la condición de la atmósfera
y de su electricidad, algún otro cambio y alteración podía
tener influencia. Observé contracciones bastante a menudo, pero
ninguna de ellas dependía de las condiciones de la atmósfera
y de su electricidad.
Como yo había observado esas contracciones sólo al aire libre
y como hasta ahora, ninguna investigación había sido emprendida
en otros lugares, aquello pareció ser una pequeña carencia
de mi argumento, y yo podía haber referido tales contracciones a
la electricidad atmosférica que se introduce en el animal y se acumula
allí y, bruscamente lo abandona cuando el gancho entra en contacto
con la reja de hierro. Tan fácil es engañarse uno mismo experimentando
y pensar que hemos visto y hallado lo que queríamos ver y hallar.
Pero cuando yo transferí el animal a una habitación cerrada
y lo hube colocado en una placa de hierro, y comencé a presionar
el gancho que estaba en la médula espinal, contra la placa, comenzaron
las mismas contracciones, los mismos movimientos. Repetí el experimento,
usando otros metales y otros lugares y otras horas o días, con el
mismo resultado, sólo que las contracciones eran diferentes cuando
se usaban metales diferentes, siendo más vivas para unos y más
débiles para otros. Al final se nos ocurrió usar otros cuerpos
que conducen la electricidad sólo un poco o nada, hechos de vidrio,
resina, goma, piedra o madera, y con esos no ocurrió nada similar,
no podían verse contracciones musculares y movimientos.
Naturalmente, tal resultado nos causó un asombro nada pequeño
y nos condujo a pensar que posiblemente la electricidad estaba presente
en el animal mismo. Nosotros confirmamos esta opinión, la suposición
de un fluido nervioso muy fino que fluye de los nervios al músculo
como la corriente eléctrica en la botella de Leiden.
H2.5.Ej1 Galvani supone que el origen de los fenómenos
que observa en la rana son debidos a la “electricidad animal”.
Utilizando las informaciones sobre la pila
galvánica, indica cual es la explicación
que damos actualmente.
----------------------------------------------------
Para hacer la cosa más evidente, coloqué la rana en una
placa no conductora, como de vidrio o de resina, y entonces, usando una
varilla curvada, algunas veces conductora y otras veces en parte o totalmente
no conductora, toqué con un extremo de ella, el gancho que atravesaba
la médula espinal y con el otro extremo, los músculos de
la pierna o el pie. En este experimento, cuando usamos el alambre conductor,
mostramos que las contracciones ocurren, pero cuando usamos la varilla
que era no conductora, no había contracciones. La varilla conductora
era un alambre de hierro, el gancho era un alambre de latón. Después
de estos últimos descubrimientos nos pareció que las contracciones
a las que nos hemos referido, que ocurrían en la rana colocada
en una placa metálica si el gancho en la médula espinal
se presiona contra la placa, deben recorrer un circuito, parte del cual
es la placa metálica, y por tanto ocurre que las contracciones
no ocurrirán en ranas que se colocan en placas no conductoras,
incluso cuando se emplea el mismo procedimiento.
Esta opinión nuestra ha explicado claramente un fenómeno
inesperado y observado accidentalmente, si mi juicio es correcto.
Si la rana es suspendida con los dedos, por una pata, de modo que el gancho
que atraviesa la médula espinal, toca una placa de plata y la otra
pata libre puede entrar en contacto con la placa, si esta pata libre,
toca la placa, los músculos se contraen repetidamente, y si la
pata es levantada, pero, en seguida, cuando queda en reposo y cae a la
placa de nuevo, entra en contacto con ella, y por lo tanto es elevada
de nuevo y en breve vuelve a caer, así en cierto sentido parece
un péndulo eléctrico al mayor asombro y deleite del observador.
------------------------------------------------------
Antes de que terminemos nuestra discusión
del uso de la varilla curvada y de sus fuerzas, no deberíamos dejar
de hacer claro su significado y si puedo así decirlo, su necesidad
para tales contracciones musculares. Esto ocurre más claramente
y más rápidamente, no sólo con una sino con dos varillas
curvadas, si son aplicadas y dispuestas de tal forma que el extremo de
una de ellas toca el músculo y el extremo de la otra toca el nervio,
y los otros dos extremos se ponen en contacto mutuamente o si es necesario
se frotan mutuamente. En esta conexión es evidente que la electricidad
que causa la contracción no es conducida fuera y disipada por el
contacto de las manos con las barras o con el repetido contacto de las
barras con las partes del cuerpo de los animales. Además nosotros
hemos sido bastante afortunados de observar este notable y peculiar fenómeno,
que el uso de más de una sustancia metálica y las diferencias
entre ellas, contribuyen mucho a la excitación y también
especialmente al incremento de la contracción muscular, bastante
más que cuando se usa un sólo metal. Entonces, por ejemplo,
si toda la varilla fuera de hierro o el gancho y la placa conductora también
lo fueran, las contracciones, o bien no ocurrirían o si ocurrieran
serían muy suaves.
Pero si uno de ellos fuera de hierro y el otro de latón o mejor,
si fuera de plata (la plata nos parece el mejor de todos los metales para
conducir la electricidad animal) ocurren repetidas y mucho mayores y más
prolongadas contracciones. Lo mismo ocurre si se usa la placa no conductora.
Si se disponen tiras de metales diferentes en la misma dirección,
en dos puntos separados entre sí, como por ejemplo, si se pone
una tira de cinc en un lugar y una de latón en el otro, las contracciones
son usualmente mucho mayores que cuando se usan tiras del mismo metal,
incluso cuando ambos lugares se ponen en contacto con plata.
H2.5.Ej2 Escribe un breve ensayo indicando donde se muestra conducción
de la electricidad en las experiencias descritas por Galvani.
H2.5.Ej3 Galvani reconoció que los fenómenos que observaba
en relación con las ranas podían explicarse de dos modos,
bien el tejido animal contenía una fuerza vital que llamó
“electricidad animal” y las influencias externas simplemente
conducían a la manifestación de esa propiedad, o bien la
electricidad se producía por el contacto entre dos metales (se
producía pues por algo externo a las ranas) y los movimientos de
las ranas eran un efecto del paso de la electricidad por ellas. Galvani
se decidió por la primera explicación y Volta por la segunda.
Escribe una breve ensayo argumentando sobre las dos posturas, fundamentalmente
sobre la de Volta, destacando experiencias que la apoyen.
La pila voltaica
Después de un largo silencio, para el cual no tengo excusa, tengo
el placer de comunicar a Vd. Sir, y a través de Vd., a la Real Sociedad,
algunos notables resultados a los cuales yo he llegado, realizando uno experimentos
sobre la electricidad excitada por el simple contacto mutuo de metales de
diferentes clases, e incluso por el contacto de otros conductores, también
diferentes, entre ellos mismos, ya líquidos, o conteniendo algún
líquido, al cual propiamente, él debe el poder conductor.
El más importante de estos resultados, que incluye prácticamente
todos los demás, es la construcción de un aparato que en los
efectos que produce, esto es, en las perturbaciones que produce en los brazos,
etc., parece la botella de Leiden o mejor todavía, baterías
eléctricas débilmente cargadas que actúan incesantemente
para que su carga, después de cada descarga se restablezca; que en
una palabra, provea una carga ilimitada o imponga una perpetua acción
o impulso en el fluido eléctrico; pero que, de otra manera, es esencialmente
diferente de estos dos, por causa de su continuada acción que es
su propiedad y porque, en lugar de ser hecha, como son las botellas ordinarias
y baterías eléctricas, de una o más placas aislantes
en capas delgadas de aquellos cuerpos que se piensa son los únicos
cuerpos eléctricos, cubiertos por conductores o cuerpos llamados
no eléctricos, este nuevo aparato está formado enteramente
por varios de estos últimos cuerpos, elegidos de entre los mejores
conductores, de acuerdo con lo que siempre se ha creído de la naturaleza
eléctrica. Sí, el aparato del cual hablo y que sin duda le
asombrará es sólo un montaje de un número de buenos
conductores de diferentes clases, ordenados de cierto modo. 30, 40, 60 piezas
o más de cobre o mejor de plata, cada una en contacto con una pieza
de estaño o mejor de cinc, y un número igual de capas de agua
o de algún otro líquido que sea mejor conductor que el agua
pura, tal como agua salada o lejía , y así sucesivamente,
o piezas de cartón o de cuero etc. bien impregnadas con esos líquidos;
cuando tales piezas se interponen entre cada par o combinación de
los dos metales diferentes, una tal serie alternativa de estas tres clases
de conductores siempre en el mismo orden, constituye mi nuevo instrumento;
que imita, como he dicho, los efectos de las botellas de Leiden o de las
baterías eléctricas, dando los mismos efectos que ellas; que
en verdad son muy inferiores a esas baterías, cuando están
fuertemente cargadas, en la fuerza o ruido de sus explosiones, en el chispazo,
en la distancia a través de la cual la carga puede pasar, etc. e
igual en efectos a una batería muy débilmente cargada, pero
una batería de una inmensa capacidad; pero que además sobrepasa
infinitamente el poder de esas baterías en que no necesita ser cargada
de antemano por medio de una fuente exterior; y en que puede dar la perturbación
cada vez que es apropiadamente tocada no importa con qué frecuencia.
Procedo a dar una descripción más detallada de este aparato
y de algunos otros análogos, así como de los más notables
experimentos hechos con él.
Me proveí con varias docenas de placas pequeñas redondas de
cobre o latón o mejor de plata , de una pulgada de diámetro,
más o menos (por ejemplo monedas), y un número igual de placas
de estaño o lo que es mucho mejor, de cinc, de aproximadamente la
misma forma y tamaño; digo aproximadamente porque la precisión
no es necesaria, y en general el tamaño y forma de las piezas metálicas
es arbitrario. Todo lo que es necesario es que puedan ser dispuestas una
encima de otra, en una columna. Posteriormente, conseguí un número
suficientemente grande de cartulina, cuero o de alguna otra materia esponjosa
que pueda retener mucha agua o el líquido con el cual deberán
ser bien empapadas si el experimento ha de tener éxito. Estas piezas
que yo llamaré los discos humedecidos, los haré un poco más
pequeños que los discos metálicos o placas, para que cuando
se coloquen entre ellos, en el modo que he descrito, no sobresalgan.
Ahora, teniendo a mano todas esas piezas en buenas condiciones, es decir,
los discos metálicos limpios y secos y los otros no metálicos,
bien empapados en agua, o lo que es mucho mejor en lejía, y después
un poco enjugados para que el líquido no escurra en gotas, yo he
dispuesto esto, solamente en el camino apropiado y este arreglo es simple
y fácil.
Coloco, horizontalmente, en una mesa o base, una de las placas metálicas,
por ejemplo una de las de plata, y encima de ella, una segunda placa de
cinc; en esta segunda placa, dejo uno de los discos húmedos; entonces,
otra placa de plata, seguida inmediatamente por otra de cinc, en la cual
coloco un disco húmedo. Continúo entonces por el mismo camino,
emparejando una placa de plata con otra de cinc, siempre en el mismo sentido,
es decir, plata debajo, cinc encima o viceversa, de acuerdo a cómo
haya comenzado, e insertando entre esos pares, un disco húmedo; continúo
para formar con varias de esas etapas, una columna tan alta como pueda conseguir
sin caer.
Volviendo de nuevo a la construcción mecánica de mi aparato,
que admite varias variaciones, procederé a describir aquí,
no todo lo que he pensado y construido a gran o pequeña escala sino
sólo lo que es más curioso o más útil o que
presenta alguna ventaja real, tal como ser más fácil de construir
o más rápido o más seguro en sus efectos o mantenerse
en buena condición más tiempo. Para comenzar con una de éstas
que reúne casi todas esas ventajas y que en su forma difiere el que
más del aparato columnar descrito antes, pero que tiene la desventaja
de ser un aparato mucho mayor, presento este aparato que se llama la corona
de tazas, en la próxima figura.
Montamos una hilera de varias tazas o bols, hechos de cualquier material,
excepto metales. Tazas de madera, de concha, de arcilla, o mejor de cristal
(pequeños vasos de bebida o copas son muy apropiados) medio llenas
de agua pura o mejor de salmuera o lejía; y unimos unas con otras
en una cadena por medio de arcos metálicos, de los cuales un brazo
Aa o sólo el extremo A que está colocado en una de las copas
es de cobre rojo o amarillo o mejor, de cobre plateado, y el otro Z, que
está colocado en la próxima copa es de estaño o mejor
de cinc. Yo puedo observar aquí, de paso que la lejía y
otros líquidos alcalinos son preferibles cuando uno de los metales
que están inmersos en ella es estaño; la salmuera es preferible,
cuando es cinc. Los dos metales de los cuales cada arco está compuesto,
están soldados en alguna parte, encima de la parte inmersa en el
líquido y que debe tocarlo en una superficie suficientemente amplia:
por ese motivo se deduce que esta superficie debe ser una pulgada cuadrada
o muy poco menos; el resto del arco puede ser tan estrecho como queramos,
y puede, incluso ser un simple alambre metálico. Puede también
hacerse de un tercer metal diferente de los dos que están inmersos
en el líquido de las copas; ya que la acción del fluido
eléctrico resulta de los contactos entre metales que están
en inmediato contacto, la fuerza don la que este fluido es conducido al
final, es la misma absolutamente o casi, que aquella que debería
haberse recibido por el inmediato contacto del primer metal con el último,
sin ninguno de los metales intermedios, como yo he verificado por experimentos
directos, de los cuales tendré ocasión de hablar en otra
parte.
Así pues, un tren de 30, 40 o 60 de estas copas, unidas de esta
manera y colocadas, bien en línea recta o en una curva o en círculo,
forma el total de este nuevo aparato, que fundamentalmente y en esencia
es el mismo que el otro de columna, descrito antes; la característica
esencial, que consiste en la inmediata conexión de los diferentes
metales que forman cada par y la conexión de un par con otro por
el intermedio de un conductor húmedo, aparece en este aparato,
así como en el otro.
H3.Ej1 Explica la pila
descrita por Volta, utilizando las ideas actuales que se indican en la
información.
H3.Ej2 Escribe un breve ensayo indicando donde se muestra conducción
de la electricidad en las experiencias descritas por Volta.
La ilustración muestra la producción de un arco eléctrico,
en el que se emitía gran cantidad de luz y que se conoció
como arco voltáico. Esta demostración la hizo Humphry Davy
en la Royal Institution en Londres. Para ello utilizó 2000 baterías
voltaicas, situadas en el sótano. Los electrodos eran de carbón.
Las financió mediante una suscripción pública. Hasta
hace poco, el arco voltaico era la fuente de luz en los aparatos de proyección
de los cines.
Ley de Ohm
Yo, por consiguiente, volví a usar la batería termoeléctrica,
cuya idoneidad para mis propósitos me fue sugerida por Herr Poggendorf;
y desde entonces, los resultados obtenidos por ese camino, tuvieron como
consecuencia la ley de la conducción, de una manera definida. Pienso
que no es superfluo describir mi aparato extensamente, pues así el
grado de confianza que puede tenerse en sus resultados, puede estimarse
más fácilmente.
(Ver equivalencias de unidades de medida en IC.5)
Esquemáticamente, el aparato consta de una pieza de bismuto, rectangular
B, formada por un tramo horizontal y dos verticales m y m´. En los
tramos verticales se fijaron, superponiéndolas al bismuto en los
tramos verticales m y m´, dos tiras de cobre , C y C´ de 9 líneas
de ancho, 1 línea de grueso y 28 pulgadas de longitud, respectivamente,
que se doblaron adecuadamente, y que terminaban sumergidas en sendas copas
D y D´, llenas con mercurio, mediante el cual hacían contacto
con el alambre conductor de cobre E que va a ser estudiado.
La pieza rectangular de bismuto con los tramos verticales de cobre, forma
la batería termoeléctrica. Los tramos no verticales de las
tiras de cobre, C y C´, permiten los contactos de la batería
con el alambre que está siendo estudiado. Dichos contactos se producen
de un modo efectivo mediante el mercurio de las copas.
H1 [En un tramo horizontal de la tira
de cobre C´ de la figura H4.1 se mide la corriente mediante una
balanza de torsión A, formada esencialmente por una aguja magnetizada
de acero, b que experimenta la fuerza de la corriente eléctrica,
y una tira de oro a, que produce la fuerza recuperadora cuando se retuerce.]
Para conseguir la diferencia de temperaturas necesaria para la batería
termoeléctrica, se utilizan dos recipientes. En los huecos respectivos
P y Q se introducen los tramos verticales m y m´ de cobre y bismuto,
rodeados por una bolsa de seda que contiene polvo de vidrio para impedir
cambios bruscos de temperatura, producidos por variaciones de la temperatura
ambiente, y polvo de plomo para asegurar un buen contacto térmico
con el recipiente. En el primer recipiente de la figura se introduce agua
y se pone a hervir y en el segundo, se introduce hielo.
Había preparado ocho conductores que se distinguirán en
lo sucesivo como 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, que tenían respectivamente
2, 4, 6, 10, 18, 34, 66, 130, pulgadas de largo, respectivamente y 7/8
líneas de grueso, cortados del espécimen llamado alambre
de cobre plateado. Después que el agua hubo hervido durante media
hora, esos alambres fueron situados en el aparato, uno después
de otro. Entre cualesquiera dos conjuntos de experimentos, que duraban
3 — 4 horas, había siempre una pausa de una hora. Obtuve
los siguientes resultados (de las fuerzas medidas en la balanza de torsión):
Fecha
de observación |
Conjunto
de experimento |
Conductores |
|
|
|
|
8 Enero |
I |
326 |
300 |
277 |
238 |
190 |
134 |
83 |
48 |
|
11
Enero |
II |
311 |
287 |
267 |
230 |
183 |
129 |
80 |
46 |
|
11
Enero |
III |
307 |
284 |
263 |
226 |
181 |
128 |
79 |
44 |
|
15
Enero |
IV |
305 |
281 |
259 |
224 |
178 |
124 |
79 |
44 |
|
15
Enero |
V |
305 |
282 |
258 |
223 |
178 |
124 |
78 |
44 |
|
Parece que la fuerza disminuye perceptiblemente de un día a otro.
La razón de esto la he buscado en un cambio en las superficies
de contacto o quizás en el hecho de que el 8 y el 11 de Enero fueron
días muy fríos y la caja de hielo permaneció en la
ventana de una habitación pobremente calentada y mal protegida.
No me atrevo a decidir.
---------
Los números anteriormente dados pueden representarse muy satisfactoriamente
por la ecuación X=a/(b+x) donde X es la fuerza de la acción
magnética, cuando el conductor usado tiene longitud x, y a y b
son constantes que representan magnitudes que dependen de la fuerza de
excitación y la resistencia del resto del circuito. Si por ejemplo,
escogemos b igual a 20 1/4 y a, en las diferentes series, igual a 7285,
6965, 6885, 6800, 6800, obtenemos por cálculo los siguientes resultados:
|
|
|
|
I |
328 |
300 |
277 |
240 |
190 |
134 |
84 |
48 |
|
II |
313 |
287 |
265 |
230 |
182 |
128 |
80 |
46 |
|
III |
309 |
284 |
262 |
228 |
180 |
127 |
79 |
45 |
|
IV |
305 |
280 |
259 |
224 |
177 |
125 |
79 |
45 |
|
V |
305 |
280 |
259 |
224 |
177 |
125 |
79 |
45 |
|
Si comparamos esos números obtenidos por cálculo con el
conjunto obtenido por experimento, parecerá que las diferencias
son muy pequeñas y son del orden que uno puede esperar en investigaciones
de esa clase. No nos detendremos en este punto pero procedemos a probar
la corrección de la fórmula en casos extremos, un método
que es más útil, estableciendo la general aplicabilidad
de una ley que ha sido obtenida hace pocos instantes.
Con este fin hice cuatro conductores a, b, c, d, en orden de 2, 4, 8 y
16 pulgadas de longitud, de latón y 0´3 líneas de
grueso, que ya había usado en mi investigación con el circuito
hidroeléctrico; esto da en el circuito los números 111 1/2,
64 3/4, 37, 19 3/4, mientras el conductor 1 daba 305. De las anteriores
ecuaciones, las longitudes pueden ser determinadas por correspondencia
con estos números. Hallaremos entonces 40 3/4, 84 3/4, 163 1/2,
324, los cuales números, en general concordancia muestran que una
pulgada de alambre de latón el equivalente a 20 1/2 pulgadas de
alambre de cobre plateado. Después de este trabajo preliminar yo
introduje en el circuito un conductor del mismo alambre de latón
de 23 pies de longitud, que he designado como 5 en este conjunto; él
da 1 1/4. Y nosotros actualmente obtenemos este número casi exactamente
si nosotros usamos para x en la ecuación, 23. 12. 20 1/2 = 5658.
Vemos por este ejemplo que la ecuación concuerda con el experimento
muy precisamente, cerca de la extinción de la fuerza por la resistencia
de los conductores.
Además yo mantuve un extremo del par cobre-bismuto a la temperatura
de 0¼ por el uso de hielo, mientras que el otro extremo era expuesto
a la temperatura de la habitación que se mostraba igual a 7 1/2
º R, de forma estacionaria, por un termómetro colgado cerca
del aparato durante las observaciones. Los conductores fueron colocados
en el circuito en el siguiente orden: 1,2,3,4,5,6,7,8,7,6,5,4,3,2,1, dando
los números 27, 25, 23 1/3, 20, 15 1/2, 10 3/4, 6 1/2, 3 2/3, 6
1/2, 10 3/4, 15 1/2, 20, 23 1/2, 25 1/4, 27 3/4. Si nosotros fijamos en
nuestra ecuación b = 20 1/4 y así determinamos a, que a
22 1/4 es 27 3/8, obtenemos por cálculo, números que en
ningún caso difieren de los anteriores en más de media división;
por lo cual parece que la ecuación se mantiene para cualquier valor
de la fuerza de excitación. De esta última investigación
son evidentes dos puntos adicionales importantes. Primero es la muy notable
circunstancia que el valor de b permanece sin cambio mientras la fuerza
es más de 10 veces inferior, mientras que a parece depender sólo
de la fuerza de excitación y b sólo de la parte de circuito
que permanece sin cambio. Segundo, parece seguirse de estos experimentos
que la fuerza del circuito termoeléctrico es exactamente proporcional
a la diferencia de temperaturas entre sus dos extremos.
No puedo evitar el mencionar aquí al final de la investigación,
una observación que de un modo más directo, confirma la
conclusión de Davy de que la conductividad de los metales se incrementa
bajando la temperatura. Tomé un conductor de 4 pulgadas de latón
y lo monté en el circuito; dio 159 divisiones. Cuando lo calenté
en el medio con una llama de alcohol, la fuerza decreció gradualmente
en 20 o más divisiones y la acción era la misma si yo movía
la llama más hacia uno u otro lado del conductor; pero cuando coloqué
en él una capa de nieve, la fuerza se incrementó en 2 divisiones.
La temperatura de la habitación era 8 1/4 º Reamur. Este hecho
no está fuera de lugar aquí porque puede dar lugar a ligeras
anomalías.
IH.2 La conquista de los conceptos diferencia de potencial
y fuerza electromotriz
La corriente que fluye en un circuito voltaico dado, evidentemente, depende
no solo de los conductores que forman el circuito sino también
del “poder-impulsor” de la batería. En orden a formar
una completa teoría de los circuitos eléctricos era, por
tanto necesario tomar en cuenta ese “poder-impulsor”. Este
avance fue efectuado en Ohm (1826) en el artículo que acabamos
de describir, aunque él, no llegó a comprender su naturaleza
de un modo preciso. Ohm tenía una gran experiencia sobre estas
cuestiones. Como señala Whittaker (1989) había descubierto
que si un número de células voltaicas se colocan en serie
en un circuito, la corriente es proporcional a su número si la
resistencia externa es muy grande, pero es independiente de éste,
si la resistencia externa es pequeña. Este y otros descubrimientos
le impulsaron a buscar una teoría consistente que los combinase
todos.
Para este propósito adoptó la idea de comparar el flujo
de electricidad en una corriente al flujo de calor a lo largo de un alambre,
cuya teoría era familiar a todos los físicos desde la publicación
por Fourier de su “Teoría analítica del calor”
en 1822.
La comparación entre el flujo de electricidad y el flujo de calor
sugería la propiedad de introducir una cantidad cuyo comportamiento
en problemas eléctricos se asemejara al de la temperatura en la
teoría del calor. La diferencia entre los valores de una tal cantidad
entre dos puntos del circuito podría proporcionar una medida del
“poder-impulsor” que actuara sobre la electricidad entre los
dos puntos. Para llevar adelante esta idea, Ohm recurrió a la teoría
de Volta de la condición electrostática de la pila en circuito
abierto. Era costumbre medir la “tensión” de la pila
conectando un terminal a tierra y poniendo a prueba el otro terminal mediante
un electroscopio.
Ohm supuso que cada célula voltaica posee una tensión definida,
o discontinuidad de fuerza electroscópica, que debe ser vista como
su contribución a la fuerza-impulsora de cualquier circuito en
el cual pueda ser colocada. Esta suposición confiere un significado
definido al término “fuerza electroscópica”;
la fuerza en cuestión es idéntica al potencial electrostático.
Pero Ohm y sus contemporáneos no comprendieron correctamente la
relación de las concepciones galvánicas con las funciones
electrostáticas que Poisson había establecido a finales
del siglo XVIII, en diversas memorias, en las que se mostraba el concepto
y diferentes características de lo que hoy conocemos como potencial
electrostático y a lo que también contribuyeron decisivamente
Lagrange, y Laplace en esa misma época.
La fuerza electroscópica en la pila abierta era generalmente identificada
con la densidad superficial de la capa de carga eléctrica en el
lugar puesto a prueba; mientras Ohm reconociendo que las corrientes eléctricas
no estaban confinadas en la superficie del conductor, sino que penetraban
su sustancia, parecía haber pensado que la fuerza electroscópica
en un lugar de un circuito era proporcional a la densidad volumétrica
de la electricidad en ese lugar. Esta idea resultaba coherente por la
relación que, en la analogía que él utilizaba, existe
entre la temperatura de un cuerpo y el volumen densidad de calor, supuestamente
contenido en él.
Designando entonces por S la corriente que fluye en un alambre de conductividad
γ, cuando la diferencia de las fuerzas electroscópicas entre
los terminales es E, Ohm llegó a escribir
S = γE
A pesar de la confusión que estaba asociada a la idea de fuerza
electroscópica, y que no fue aclarada por algunos años,
la publicación de la memoria de Ohm constituyó un gran avance
en la filosofía eléctrica. Se comprendía ahora, claramente
que la corriente que fluye en un conductor depende solo de la conductividad
inherente al mismo y de otra variable que guarda en electricidad la misma
relación que la temperatura guarda en el calor; y más aún,
se imaginaba que esta última variable es el lazo que conecta la
teoría de las corrientes con la vieja teoría de la electrostática.
Fue posteriormente Gustav Kirchoff quien, en 1848 trató de armonizar
los potenciales de la teoría electrostática con la ley de
Ohm, pero fue Rudolph Kohlrausch, en el mismo año, como describe
Whittaker (1989), “quien mostró que la diferencia de las
“tensiones” eléctricas en los extremos de una célula
voltaica, medidas electrostáticamente con el circuito eléctrico,
era proporcional a la fuerza electromotriz, medida por los efectos electrodinámicos
de la célula con el circuito cerrado; y posteriormente, que, cuando
el circuito estaba cerrado, la diferencia de las tensiones, medida electrostáticamente,
entre dos puntos cualesquiera del circuito externo, era proporcional a
la resistencia óhmica existente entre ellos. Pero a pesar de todo
lo dicho, era todavía desconocido cómo “tensión”
o “fuerza electroscópica” o “fuerza electromotriz”
deberían ser interpretados en el lenguaje de la teoría electrostática;
recordemos la confusión entre densidad superficial de carga electrostática
y fuerza electroscópica, que existía entonces. La incertidumbre
fue finalmente despejada en 1849 por Kirchoff, quien identificó
la fuerza electroscópica de Ohm con el potencial electrostático”.
H4.Ej1 A la vista de la descripción de la batería
termoeléctrica, ¿por qué crees que es muy estable,
esto es, que mantiene su comportamiento de un modo uniforme?
H4.Ej2 A la vista de la función obtenida
empíricamente por Ohm (X=a/(b+x) donde X es la fuerza de la acción
magnética, cuando el conductor usado tiene longitud x, y a y b son
constantes que representan magnitudes que dependen de la fuerza de excitación
y la resistencia del resto del circuito) compárala con la ley de
Ohm generalizada y argumenta que es equivalente a ella.
H4.Ej3 A la vista de la función obtenida empíricamente por
Ohm (X=a/(b+x) donde X es la fuerza de la acción magnética,
cuando el conductor usado tiene longitud x, y a y b son constantes que representan
magnitudes que dependen de la fuerza de excitación y la resistencia
del resto del circuito) compárala con la ley de Ohm y argumenta cómo
puede reducirse a ella, mediante una extrapolación, consistente en
hacer que la resistencia interna tienda a cero.
H4.Ej4 Representa gráficamente, en papel milimetrado, el conjunto
de medidas de uno de los días, por ejemplo el 15 de enero, y que
serían: el valor de la torsión de la aguja (que es una medida
de la intensidad de la corriente) frente a la longitud del hilo ( que es
proporcional a la resistencia externa a la pila). Para representar con amplitud
la mayor parte de los valores, el mayor valor de la torsión, que
correspondería a la mínima longitud de alambre, se saldría
fuera del papel.
H4.Ej5 Haz un esquema con las ideas principales del texto, que se relacionen
con lo que hemos estudiado en esta unidad y trata de parafrasearlo, esto
es, reconstruir la información, utilizando tus propias palabras.
IH.3 Como objetivo general intentó
demostrar la unidad de las fuerzas en la naturaleza, motivado por creencias
teológicas
IH.3.Ej1 Escribe un corto ensayo en el que se relacione la frase anterior
con la tarea de Joule, fundamentalmente el hallazgo del equivalente mecánico
del calor y la ley de Joule.
Ley de Joule
Capítulo 1º. El calor relacionado
con conductores metálicos.
Es bien conocido que la facilidad con la cual un alambre metálico
es calentado por la corriente voltaica está en relación inversa
a su poder conductor; y generalmente se cree que esta proporción
es exacta. Yo deseaba averiguar el hecho para mi propia satisfacción,
y especialmente, a medida que era de la mayor importancia conocer si la
resistencia a la conducción es la única causa de los efectos
de calentamiento. El detalle, por consiguiente de algunos experimentos,
confirmatorios de la ley, junto con aquellos ya registrados en las páginas
de la ciencia, no será espero, superfluo.
(Ver equivalencias de unidades de medida en IC.5)
Era absolutamente esencial trabajar con un galvanómetro cuyas indicaciones
dependen de cantidades definidas de electricidad. Doblé una varilla
de cobre en forma de rectángulo AB de 12 pulgadas de largo y 6 pulgadas
de ancho. Lo aseguré en una posición vertical por medio del
bloque C de madera; N es la aguja magnética de 3 3/4 de pulgada,
afilada por sus extremos y suspendida de un fino pivote de acero, sobre
una tarjeta graduada, colocada un poco por delante del centro del instrumento.
A causa del relativamente largo tamaño del conductor rectangular
de mi galvanómetro, las tangentes de las desviaciones de la aguja
son muy aproximadamente proporcionales a las cantidades de electricidad
fluyente. La pequeña corrección que es necesario aplicar
a las tangentes la he obtenido por medio del procedimiento experimental
riguroso que describí hace algún tiempo en los Anales de
la Electricidad. He expresado mis cantidades de electricidad con las bases
del gran descubrimiento de Faraday de electrolisis, y aventuro la sugerencia
de que la cantidad de electricidad fluyente que es capaz de electrolizar
a un equivalente, expresado en granos en una hora de tiempo, sea llamado
un grado. Ahora, por unos cuantos experimentos, he establecido que la
aguja de mi galvanómetro se desviaba 33´5 º de la tarjeta
graduada, cuando estaba pasando una cantidad suficiente para descomponer
9 granos de agua por hora. Esa desviación, por tanto, indicaba
un grado de electricidad fluyendo, en la escala que he propuesto que sea
adoptada. Veremos a continuación algunas de las ventajas prácticas
que he obtenido usando este método. El termómetro que yo
usaba tenía su escala graduada en el vástago de vidrio.
Las divisiones eran amplias y precisas. Tomando temperaturas con él,
yo removía el líquido suavemente con una pluma y así,
suspendiendo el termómetro por su parte más alta de su vástago
para conseguir que adoptara la posición vertical, llevé
mis ojos a un nivel con el extremo superior del mercurio, de este modo,
un poco de práctica me ha capacitado para estimar temperaturas
de una décima parte de grado Fahrenheit, con certeza. En orden
a determinar el poder de calefacción de un alambre metálico
dado, lo pasé a través de un delgado tubo de vidrio y luego
lo bobiné apretadamente en él. Tiramos un poco de los extremos
de cada bobina para dejar un pequeño espacio entre cada vuelta;
y si esto no fuera suficiente, se interponía un pequeño
trozo de algodón. El aparato así preparado era colocado
en un recipiente de vidrio conteniendo una cantidad de agua dada quedando
listo para el experimento. La figura explica las disposiciones: A es la
bobina de alambre; B, el recipiente de vidrio, llenado en parte con agua;
T representa el termómetro. Cuando la electricidad voltaica se
transmite, no pasa una cantidad apreciable de ella a través del
alambre, tomando el camino más corto por el agua. No hay trazas
de corriente tal que pueda detectarse ni por la evolución del hidrógeno
ni por la oxidación del metal.
Previamente a cada uno de los experimentos se tomaba la necesaria precaución
de llevar el agua del recipiente y el aire de la habitación a la
misma temperatura. Cuando esto se hace con precisión, los resultados
de un experimento llevan la misma proporción que los de cualquier
otro, como si no estuvieran presentes agentes extraños de enfriamiento,
como la radiación, pues sus efectos en un tiempo dado son proporcionales
a la diferencia de temperaturas de los cuerpos enfriante y enfriado y
por tanto si bien de acuerdo con la conclusión de algunos experimentos
este efecto de enfriamiento es muy considerable, son afectadas las cantidades
absolutas de calor, no las proporciones generadas en el mismo tiempo (ver
la tabla de calores producidos durante media hora y una hora).
Experimento 1- Tomé dos alambres de cobre de dos
yardas de largo cada uno, uno de ellos de 1/28 de pulgada de grueso, el
otro, de 1/50 y preparamos estos alambres en bobinas, del modo que he
descrito. Se sumergieron en dos recipientes de vidrio, cada uno de los
cuales contenía nueve onzas avoirdupois de agua. Por las dos bobinas,
consecutivamente, pasó una corriente de cantidad media 1´1ºQ
(coloco Q al final de mis grados para distinguirlos de la tarjeta graduada)
y al final de una hora, observé que el agua en la que estaba sumergido
el alambre delgado había ganado 3´4º, mientras que la
del grueso había aumentado en sólo 1´3º.
Ahora, por experimento directo, establecí que tres pies de alambre
delgado conducirán exactamente tan bien como ocho pies del alambre
grueso; y de aquí es evidente que las resistencias de dos yardas
de cada uno están en la razón de 3´4 a 1´27,
que se aproxima muy estrechamente a la razón de los efectos de
calentamiento exhibidos por el experimento.
Experimento 2- Ahora sustituimos el alambre de cobre
grueso por otro de hierro de 1/27 pulgadas de grueso y dos yardas de longitud
y coloqué cada bobina en media libra de agua. Una corriente de
1´25º Q se hizo pasar a través de ambos durante 1 hora
y el aumento de temperatura causado por el hierro fue de 6º mientras
que el del cobre fue de 5´5º. En este caso se estableció
que las resistencias de los alambres de hierro y de cobre, estaban en
la relación de 6 a 5´5.
Experimento 3- Una bobina de alambre de cobre se comparó
con una de mercurio, que fue realizada encerrando el último en
un tubo curvado de vidrio. En este propósito sumergí cada
una en media libra de agua, 11 1/4 pies de alambre de cobre de 1/50 de
pulgada de grueso y 22 3/4 pulgadas de mercurio de 0´065 pulgadas
de diámetro. Al final de una hora, durante la cual se hizo pasar
la misma corriente de electricidad a través de ambos, el primero
causó un aumento de temperatura de 4´4º; el último,
de 2´9º. Las resistencias, se estableció cuidadosamente
que están en razón de 4´4 a 3. Otras pruebas se hicieron
con resultados del mismo carácter precisamente. Todas contribuyen
a confirmar el hecho de que cuando una cantidad de electricidad voltaica
se hace pasar a través de un conductor metálico, durante
un intervalo de tiempo dado, la cantidad de calor desarrollada por él
es siempre proporcional a la resistencia que presenta, cualquiera que
sea la longitud, grosor, aspecto o clase de conductor metálico.
Considerando la anterior ley, pienso que el efecto producido por el incremento
de la intensidad de la corriente eléctrica iría como el
cuadrado de ese elemento; por ello es evidente que en este caso, la resistencia
sería aumentada por un motivo doble, proviniendo del incremento
de la cantidad de electricidad que pasa en un tiempo dado y también
de la velocidad de la misma. Veremos inmediatamente que esta opinión
es sostenida por el experimento.
Tome la bobina de alambre de cobre, usada en el experimento 3 y establecí
las diferentes cantidades de calor ganadas por media libra de agua, en
la cual estaba sumergida, por el paso de electricidades de diferentes
grados de tensión. Mis resultados están ordenados en la
tabla mostrada en la página 528.
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
Desviaciones
aguja |
Corriente
en grados |
Calor
en media hora |
Proporcional
cuadrados intensidad |
Calor
en una hora |
Proporcional
cuadrados intensidad |
|
16 |
0,43 Q |
............... |
............... |
1,2 |
1 |
31 1/2 |
0,92 Q |
3 |
2,9 |
4,7 |
4,55 |
55 |
2,35 Q |
19,4 |
18,8 |
|
|
57 2/3 |
2,61 Q |
23 |
23,2 |
|
|
58 1/2 |
2,73 Q |
25 |
25,4 |
39,6 |
40 |
Las diferencias entre los números mostrados en las columnas 3
y 4 y en las columnas 5 y 6, son muy considerables, tomando en cuenta
la naturaleza del experimento, y son, principalmente debidas a la dificultad
que existe para mantener el aire de la habitación en el mismo grado
de quietud, de higrometría, etc. durante los diferentes días
en los cuales se hicieron los experimentos. hay mucha menos cuando se
usa una mayor cantidad de agua y, por tanto se reducen los efectos de
enfriamiento.
Nosotros vemos, por consiguiente, que cuando una corriente de electricidad
voltaica, se propaga a través de un conductor metálico,
el calor producido en un tiempo dado es proporcional a la resistencia
del conductor, multiplicada por el cuadrado de la intensidad eléctrica.
La ley anterior es de gran importancia. Nos enseña el correcto
uso de esos instrumentos que tienen como finalidad medir corrientes eléctricas
por las cantidades de calor que producen. Si tales instrumentos son empleados
(aunque en su estado actual son bastante inferiores en lo que respecta
a precisión a muchos otros tipos de galvanómetros), es obvio
que las raíces cuadradas de sus indicaciones son sólo proporcionales
a las intensidades que pretenden medir.
H5.Ej1 Representa gráficamente en papel milimetrado el calor en
media hora frente a la corriente en unidades Q (para representar más
puntos puedes contar en los huecos la mitad del calor en una hora). Para
cada par de valores calcula el cociente calor / corriente al cuadrado.
IH.4 Consideramos de interés mostrar unos fragmentos
de textos sobre los fenómenos eléctricos conocidos en la
antigüedad como son los rayos y relámpagos. Utilizaremos textos
de Plinio (Historia Natural ), Lucrecio (De rerum natura, Vol II Bosch.
Pág.225), Séneca (Cuestiones Naturales, C.S.I.C. Vol I,
pág. 11) y S Isidoro de Sevilla (Etimologías, Biblioteca
de Autores Cristianos, Vol II, pág. 135) No es que estas ideas
influyeran en las modernas de un modo directo, pero resulta interesante
compararlas y conocerlas en sí mismas para un conocimiento más
completo de la antigüedad clásica y del avance que se ha producido
en el conocimiento de la naturaleza
IH4.Ej1 Comparar los textos de Plinio, Lucrecio ... con los de
Du Fay, Volta, Galvani... en los siguientes aspectos:
Precisión de las observaciones
Aspectos teóricos
utilizados para interpretar las observaciones
Seguridad en las afirmaciones, sobre todo en las de tipo teórico
IH4.Ej2 L´Encyclopédie de Diderot y D´Alembert
y Las Etimologías de S. Isidoro de Sevilla fueron dos textos de
carácter enciclopédico que tuvieron una gran influencia
en su tiempo. Comparar los dos textos en los siguientes aspectos:
Precisión de las observaciones
Aspectos teóricos utilizados para interpretar las observaciones
Seguridad en las afirmaciones, sobre todo en las de tipo teórico
Historia Natural (Traducida por el Licenciado Jerónimo
de Huerta, Medico de Felipe IV, en 1629) De
los truenos y relámpagos. Cap. XLIII
Pero no contradiré poder también caer fuegos
de lo alto (*) de las estrellas en estas nubes, como muchas veces
los vemos estando el cielo sereno, con cuyo golpe es cierto moverse y
sacudirse los aires y sonar como cuando suenan las saetas arrojadas. Pero
cuando llegan a la nube, engendran un vapor disonante, así como
un hierro encendido y ardiente metido con presteza en el agua, y ceñir
alrededor una humosa rueda. De aquí nacen las tempestades; y si
en la nube lucha el viento o vapor, se forman los truenos, y si sale ardiendo,
los rayos, y si por largo espacio vuela, los relámpagos, con estos
se hiende la nube, con aquellos se rompe: y son los truenos las percusiones
de los fuegos encerrados, y por esto luego resplandecen las márgenes
encendidas de las nubes. Puede también tronar el aire que se había
levantado de la tierra, detenido en la nube, oprimido con la repulsión
de las estrellas, ahogando naturaleza el sonido mientras pelea, y formando
el estruendo cuando rompe como una pelota de cuero, hinchada con el viento.
Puede también aquel espíritu sea el que fuere, encenderse
ludiendo mientras es llevado con violenta furia. Puede también
salir fuego con la opresión contraria de las nubes, como salen
centelleando, las chispas de dos piedras: pero todas esas cosas suceden
acaso. De aquí viene los rayos brutos y vanos, como cosas que vienen
sin alguna razón de naturaleza. Con estos son heridos los montes,
los mares y todos los otros lugares que son heridos en vano. pero aquellos
rayos que son llamados fatídicos, vienen de lo alto y de causas
determinadas y de particulares estrellas. De la misma manera, no negaré
poderse engendrar los vientos, mejor los flatos de la exhalación
árida y seca de la tierra, y poder también engendrarse de
las aguas que expiran aire, el cual ni se condensa en niebla ni se engruesa
en nubes. También puede agitarse con el impulso del sol, porque
el viento no se entiende ser otra cosa sino olas de aire. También
se puede engendrar de otras muchas maneras, porque también vemos
levantarse de los ríos y de las nieves y del mar, y estando muy
tranquilo, y levantarse otros vientos que llaman altanos de la tierra.
Los cuales cuando tornan del mar se llaman tropeos, y caminando hacia
él apogeos.
(*) Esta opinión fue de los epicúreos, pero quién
hay que no conozca ser falsísima, porque las estrellas no caen
ni el fuego, antes, naturalmente sube. Aristóteles. Meteor.
H6.2
SAN ISIDORO DE SEVILLA |
Las Etimologías
“De fulminibus”.
Sobre los rayos
Fulgor y fulmen (rayo), saetas lanzadas
desde el cielo, derivan de ferire (herir), pues fulgere significa “herir”
y “golpear”. El rayo lo producen las nubes al entrar en colisión.
Es sabido que el rozamiento de todas las cosas provoca el fuego, como
vemos que sucede con las piedras, con el roce de las ruedas o en los bosques
cubiertos de árboles. De igual manera se produce el fuego en las
nubes. En consecuencia, primero son las nubes y después el fuego.
Por causa del viento y del fuego, se originan los rayos en las nubes,
que son lanzados a impulso de los vientos. El fuego del rayo tiene mayor
potencia que el nuestro normal y es mucho más penetrante porque
está compuesto de elementos más sutiles. Tres son sus nombres:
fulgus, fulgor y fulmen: fulgus porque toca; fulgor porque incendia y
quema y fulmen porque hiende. Por ello se lo representa simbólicamente
con tres rayos.
H6.Ej1 Escribe un breve ensayo comparando el tipo de explicaciones
(etimológicas) de S.Isidoro con las explicaciones de L´Encyclopédie.
Utiliza la información sobre explicación de Características
de la Ciencia 3.
Cuestiones Naturales
Libro Primero
Sobre los fuegos celestes
Tanta distancia media, Lucilio, mi mejor amigo, entre la filosofía
y el resto de las ciencias, cuanta creo que media dentro de la filosofía
en sí, entre la parte que atañe a los hombres y la que atañe
a los dioses.... Por mi parte es claro que doy las gracias a la naturaleza,
no precisamente cuando la contemplo bajo el aspecto que es común
a todos, sino cuando me he introducido en sus penetrales, cuando aprendo
cuál es la materia del universo, quién es el responsable
y guardián de él, qué es dios, si se repliega en
sí mismo por entero o si también lanza su mirada alguna
vez sobre nosotros; si es parte del mundo o es el mundo; si hace algo
todos los días o si lo hizo de una vez por todas, si le es posible,
incluso hoy en día, decretar o derogar algo fijado por la ley del
hado, o bien supone una mengua de su soberanía y reconocimiento
de error el haber hecho mutable el universo...
Y ahora, para entrar ya en la materia propuesta, escucha qué opino
de los fuegos que cruzan la atmósfera.
Prueba de que son lanzados por una fuerza considerable los es el hecho
de que se desplazan oblicuamente y a una velocidad extraordinaria; da
la sensación no de que marchan, sino de que son proyectados. Múltiple
y variado es el aspecto de los fuegos. Aristóteles llama “cabra”
a un tipo determinado de ellos. En el caso de que me preguntes el por
qué, conviene que antes me des razones de por qué se les
llama “cabrillas”. Y si llegamos al acuerdo , cosa lo más
conveniente, de que uno no pregunte al otro aquello que sabe que aquel
no puede responder, será mejor investigar sobre el problema en
sí, que extrañarse de porqué Aristóteles haya
llamado cabra a un globo de fuego. En efecto, tal fue la forma de un fuego,
del tamaño de la luna, que se hizo visible mientras Paulo llevaba
a cabo una guerra contra Perseo. Hemos visto también nosotros,
y no una sola vez, una llama del aspecto de una bola inmensa que, sin
embargo, se disipó en su mismo recorrido. Hemos visto que, por
la época de la muerte del divino Augusto, se manifestó un
prodigio semejante. Lo hemos visto en el momento en que se tomó
una decisión sobre Sajano; y la muerte de Germánico no acaeció
sin un aviso de este tipo. Me dirás: “Entonces, ¿tú
participas de errores, tales como considerar que los dioses envían,
por adelantado, indicios de las muertes.... Veremos si los asuntos humanos
constituyen una preocupación para los dioses; si la sucesión
misma de los acontecimientos, advierte, con síntomas precisos,
lo que va a suceder. Entretanto considero: que se originan fuegos de este
tipo a partir de una masa de aire, sometida a intensas fricciones, cuando
se ha producido una desviación de la misma hacia el lado contrario
y esta otra no ha cedido sino que se ha entablado una lucha interna. Como
resultado de este choque surgen las vigas, los globos, las antorchas y
los resplandores...
Aristóteles da la siguiente razón: el orbe de la tierra
emite múltiples y diversas sustancias, unas húmedas, otras
secas, otras calientes, otras adecuadas para provocar fuegos... Es necesario,
por tanto, que entre la gran cantidad de corpúsculos que la tierra
emite y conduce hacia las zonas superiores, lleguen hasta las nubes como
alimento de los fuegos algunos que no solamente son susceptibles de arder
al entrar en colisión, sino también al recibir el impacto
de los rayos solares; en efecto, también entre nosotros las ramas
secas rociadas de azufre se prenden a distancia...
En efecto es una soberana estupidez considerarlos estrellas que caen,
que cruzan o algo que se quita o se recorta a éstas. Pues si hubiera
sido así, incluso hubiesen dejado de existir...
De rerum natura (De la naturaleza)
El relámpago y sus fenómenos
Esto sucede también cuando la fuerza ardiente del rayo
cae de una nube a otra; si la que lo recibe va cargada de agua, el fuego
se extingue de súbito, dando un grito terrible, como chirría
el hierro candente cuando desde el horno lo sumergimos directamente en
agua helada. Si, al contrario, la nube que recibe el fuego está
seca, inflamada de súbito, se consume con estrépito ingente,
como cuando por montes coronados de laurel se extiende la llama empujada
por los torbellinos del viento y los incendia con fuego irresistible;
pues no hay ningún otro cuerpo que tan terriblemente crepite entre
las llamas como el délfico laurel consagrado a Febo.
En fin, muchas veces la prolongada rotura del hielo y el desmenuzarse
del granizo, produce ruido en lo alto, dentro de las grandes nubes; pues
las montañas de nubes, congeladas y mezcladas con granizo, se quiebran
bajo la presión del viento en las angosturas.
Asimismo relampaguea cuando las nubes descargan muchos átomos de
fuego al chocar entre sí como hace el pedernal si se golpea con
un hierro o con otro pedernal; también entonces salta una chispa
y el fuego se esparce en brillantes centellas.
Pero si el trueno es percibido por nuestros oídos después
de haber visto el fulgor del relámpago, es porque los elementos
sonoros siempre tardan más en llegar al oído que los que
impresionen la vista. Puedes observarlos también en otro caso:
si miras desde lejos a uno que con el hacha está cortando un árbol
corpulento, verás el golpe antes de que el sonido llegue a tus
oídos; así también veremos el relámpago antes
de percibir el trueno, aunque los dos se producen a un tiempo, por la
mima causa y nacidos del mismo choque...
También por la causa siguiente el rápido y áureo
color del fluido fuego desciende volando a la tierra: porque las nubes
deben contener en sí mismas muchos átomos de fuego. En efecto,
cuando carecen totalmente de humedad, por lo común ostentan un
color y brillo de llama; y es natural, pues fuerza es que reciban muchos
elementos luminosos del sol, causa suficiente para que enrojezcan y emitan
fuegos. Así, cuando el viento las empuja y aprieta, amontonándolas
en un solo lugar, exprimidas derraman estos gérmenes que hacen
fulgir los colores de la llama.
Relampaguea también cuando en el cielo se enrarecen las nubes.
Pues mientras el aire las va diseminando suavemente y disolviendo en su
marcha, es inevitable que caigan por sí mismos los gérmenes
productores del relámpago. Entonces relampaguea en silencio, sin
oscuro terror y sin tumulto.
Naturaleza y efectos del rayo
Por lo demás, cuál sea la naturaleza del rayo lo declaran
sus efectos: las señales de quemaduras impresas en los cuerpos
y el fuerte olor a azufre que exhalan en el aire. Estas son señales
de fuego, no de aire ni de agua. Además, muchas veces el rayo llega
a incendiar los techos de las casas, y su rápida llama se enseñorea
de todo el edificio. Este fuego, como ves, es el mas sutil de todos los
fuegos, y la naturaleza lo ha formado de elementos tan sutiles y vivos,
que nada puede oponerse a su paso. Pues el poderoso rayo atraviesa una
casa amurallada como el sonido y la voz; pasa las peñas, el bronce;
en un instante liquida el bronce y el oro; en un momento disipa el vino
de un vaso dejando a éste intacto, sin duda porque, al introducirse
su calor en las paredes del vaso, las afloja fácilmente y las hace
más porosas y, metiéndose luego en el vaso mismo, rápidamente
desintegra los principios del vino y los dispersa, lo cual el calor del
sol parece incapaz de hacer, ni en el curso de una vida, con todo y la
potencia de su fuego centelleante. Hasta tal punto es más rápida
e irresistible la fuerza del rayo.
Formación de los rayos
Ahora, ¿cómo se engendran los rayos y con ímpetu
tan irresistible, que de un golpe pueden hender torres, derribar casas...
Debemos creer que el rayo se engendra en las nubes espesas y altamente
apiñadas, pues ninguno es disparado nunca desde un cielo sereno
o desde nubes de escasa densidad. La experiencia manifiesta lo declara
sin lugar a dudas, porque, entonces, tan espesas se condensan las nubes
en toda la extensión de la atmósfera, que se diría
que todas las tinieblas han dejado el Aqueronte para llenar la inmensa
cavidad del cielo...
Allí arriba, pues, todo está lleno de vientos y fuegos;
por eso salen de todos lados truenos y relámpagos. En efecto, como
antes he señalado, las cóncavas nubes contienen muchos átomos
de calor, y necesario es que los reciban en gran número de los
rayos del sol y del calor de éstos. Así, cuando el mismo
viento que amontona las nubes en un paraje cualquiera ha exprimido de
ellas muchos átomos de calor y se ha mezclado él mismo con
fuego, hecho un torbellino se insinúa en la nube, gira sobre sí
mismo en angosto espacio y en el interior de esta fragua ardiente aguza
la punta del rayo. Pues el viento se inflama de dos maneras: por el calor
de su propio movimiento y por contacto del fuego. Después, cuando
la fuerza del viento se ha calentado bastante y se le ha añadido
el grave impulso del fuego, entonces el rayo, como llegando a su madurez,
desgarra de repente la nube y estalla rápida su llama, derramando
por todas partes su luz coruscante.
Puedes completar la información sobre la historia de la electricidad
en las siguiente páginas:
Científicos
que han desarrollado el electromagnetismo
Historia
de la electricidad
[INFORMACIONES
HISTÓRICAS COMPLEMENTARIAS IH] |
La característica mas destacada de la ciencia actual es
que sirve para el control de la naturaleza pero también actualmente
y desde hace muchos años es y ha sido un sistema de pensamiento
para intentar comprender el mundo natural.
Hay una serie de preguntas que debemos responder ante cada época
si deseamos comprender su ciencia.
¿Qué preguntas se hacían los
hombres en esa época concreta?
¿Qué tipo de respuesta aceptaban como válida?
¿Qué factores limitaban sus avances científicos?:
método de observación, carencias técnicas, factores
sociológicos, filosofía.
Estas dos primeras preguntas, se organizan perfectamente en la pregunta
¿cuál es el paradigma de esta época o cuál
es el núcleo central y su cinturón de hipótesis en
esta época?.
También tiene interés preguntarnos por la carga teórica
que llevan unas determinadas observaciones, si las observaciones han sido
sugeridas por una teoría o bien son ellas las que han sugerido
la teoría. Si una teoría es claramente falsable; cuáles
son las hipótesis tanto principales como auxiliares y condiciones
iniciales que se ponen a prueba en una posible falsación. ¿Una
determinada hipótesis que se introduce para explicar una anomalía
es ad hoc?. ¿Hasta qué punto es seguro un enunciado observacional?;
comparar las características de la ciencia de las diferentes épocas
en calidad de las observaciones, uso de argumentos de autoridad, utilización
de mediciones, experimentación, uso de las matemáticas,
etc.
No todas estas preguntas, se proponen explícitamente en cada una
de las informaciones que veremos a continuación, pero el lector
puede proponérselas por su cuenta en muchos de ellos. A veces con
la simple información que demos no se podrán responder y
se deberá investigar la respuesta por otras vías.
La ciencia en la antiguedad: Mesopotamia y Egipto
 |
Código de Hammurabi
(1790 - 1750? adC) |

Pirámides
de Gizeh
(2500 adC) |
La ciencia tal y como la entendemos, comienza en Grecia, al menos no
hay pruebas de que comience antes, pero podemos encontrar en Mesopotamia
y Egipto ciertos rasgos que pueden calificarse como antecedentes. Algunos
de estos rasgos influenciaron a los filósofos griegos que, por
otra parte, se consideraban a sí mismos herederos de estas culturas.
La agrimensura y la administración hicieron surgir una matemática
en ambos países con múltiples tablas de suma, resta, multiplicación,
senos, etc., sobre todo en Mesopotamia. En una sociedad con un grado de
organización alto, se plantean muchos problemas que requieren cálculo,
por ejemplo, la cantidad de materiales que se precisan para construir
un gran edificio, o la cantidad de alimento que se precisa para dar de
comer a un ejército en campaña, áreas, volúmenes,
potencias, raíces, etc. Todo aspectos prácticos. También
hicieron muchas observaciones en astronomía, donde han dejado multitud
de listas de nombres, periodos de visibilidad de astros, trayectorias
de los planetas, eclipses, etc. Análogamente los egipcios, aunque
no se preocuparon de los astros. En ambas civilizaciones, las observaciones
astronómicas se utilizaron para calcular el tiempo, de gran importancia
en la agricultura. En Mesopotamia se utilizó además para
interpretar los astros, en conexión con las ciencias ocultas, que
adquirieron un enorme desarrollo. Hay que notar que existe una cierta
base para la astrología, pues los fenómenos celestes tienen
gran influencia en la Tierra: la sucesión de las estaciones, de
la luz y oscuridad, las mareas, etc.
Podemos considerar estas cuidadosas observaciones de los movimientos celestes
como la primera constatación de una regularidad matemática
en la ordenación de los fenómenos del Universo. Esto dio
al hombre un ejemplo de lo que luego se conocerán como leyes de
la naturaleza. Sin embargo no hay pruebas de que intentaran explicar los
fenómenos del Universo según un sistema de tales leyes.
Otro rasgo antecedente de la ciencia es el desarrollo que adquirieron
muchas técnicas establecidas empíricamente, en agricultura,
quesería, alfarería, cristalería, tejidos, barcos,
carpintería, corte y pulido de piedras, metalurgia del bronce,
etc. Sin embargo, tampoco hay pruebas de que intentaran organizar científicamente,
desde la técnica, una rama particular del saber.
Por último, otra aportación a la cultura occidental, que
pudo estimular la tarea de desarrollar la ciencia fue la imagen de unas
culturas armónicamente desarrolladas bajo un módulo espiritual.
En Mesopotamia existía la concepción de que los cielos,
la tierra y los abismos infraterrenos no se hallaban cósmicamente
distanciados sino que constituían un universo. Cada parte tenía
sus dioses, y todo lo terreno era reproducción del mundo celeste.
Esta idea explica los sucesos observados, no científicamente, sino
mediante unas causas sobrenaturales, pero introduce cierto orden en la
concepción del universo y presenta la necesidad de una explicación
para las observaciones.
Esta penetración reflexiva en el mundo, se acentúa en Egipto,
pues una característica fundamental de su cultura es el concepto
del orden del mundo o Maat, siendo tarea fundamental del hombre asegurar
este orden, el cual provenía del dios Ra, mediante el rey, su hijo.
La dependencia de la civilización griega, respecto a las de Egipto
y Mesopotamia, fue olvidada por la civilización cristiana occidental
durante muchos años. El motivo parece estar en la idea de que lo
necesario no es conocer al mundo sino a Dios, y para conocerlo, no es
necesario estudiar la naturaleza sino la Sagrada Escritura. Todos los
demás conocimientos deben subordinarse a ese fin y no se consideraba
así orientado, el estudio de estas culturas.
Los griegos
 |
Partenón
de Atenas
(447 - 432 adC) |
Opuesto al fatalismo de la astrología caldea, es la concepción
del hombre como rector de su propio destino, que ya se advierte en la
Ilíada. Este humanismo creado por Homero es otra de las condiciones
necesarias para es desarrollo de la ciencia.
Las circunstancias más adecuadas para este desarrollo se dieron
en Mileto, ciudad costera de Asia Menor, que estuvo en contacto con las
civilizaciones orientales, había albergado a los creadores de una
brillante literatura lírica y épica, y fue un centro colonizador
muy activo.
Tales de Mileto fue el primero que ofrece una explicación de la
naturaleza sin invocar a nada sobrenatural. Su teoría es que todas
las cosas son en última instancia, agua. Para justificarla recurre
a la experiencia de cada hombre, no pidiéndole a nadie que la acepte
si no la encuentra verdadera.
Los romanos
 |
Panteón
de Agripa (Roma)
(Siglo I adC) |
Los romanos no alcanzaron la altura intelectual de los griegos, seguramente
por motivos sociológicos y no hicieron contribuciones importantes
a la ciencia. Destacaron en aspectos organizativos, como en derecho, servicio
médico público, calendario y también en ingeniería
civil como en la construcción de presas, acueductos calzadas etc.
La mayoría de los romanos trataron de asimilar de una u otra forma
la filosofía griega y así, Séneca continuó
el estoicismo, que además se adaptaba bien a las creencias tradicionales,
heredadas de los etruscos. Lucrecio se adhirió al epicureismo,
particularmente los aspectos de la filosofía atomista. Los romanos
no supieron combinar los aspectos teóricos y prácticos como
lo hicieron los griegos. La obra fundamental de Lucrecio, De rerum natura
tiene un carácter más bien teórico, mientras que
la Historia Natural de Plinio el Viejo es una basta compilación
de obras anteriores, aunque añade cosas que había observado
él. Es conocido que murió por acercarse demasiado a observar
una erupción del Vesubio.
La Antigüedad tardía
 |
Basílica
de San Juan de Baños de Cerrato (Palencia)
(Siglo VII) |
Llamamos así al periodo que va del siglo IV al siglo VIII y que
ha sido considerado, de un modo excesivamente simple como un periodo decadente.
Hay que tener en cuenta que es el periodo en el que se producen las migraciones
de pueblos bárbaros, sobre todo germánicos, que provocan
la transformación de las instituciones políticas y sociales
tradicionales. Otra característica es la creciente importancia
del cristianismo que contribuyó también a trastocar los
valores y los objetivos culturales vigentes hasta entonces. Como ejemplo
citamos a S. Ambrosio de Milán, maestro de S. Agustín (354-430),
de gran influencia en los siglos próximos, que dice “discutir
la naturaleza y la posición de la Tierra no nos ayuda a confiar
en la vida futura”
S. Isidoro de Sevilla, que llegó a obispo de esta ciudad hacia
el año 600 escribió entre otras obras “Las Etimologías”,
que ejercieron una influencia considerable durante la alta Edad Media,
siendo enormemente citada, por su carácter de enciclopedia que
recoge gran parte de los saberes antiguos, por su método, etimológico,
por el cual explica los términos, por procedimientos lingüísticos,
buscando en la forma y en la historia de las palabras un modo de conocer
mejor el vocablo y el ser al que designa.
La Edad Media
 |
Catedral
de Chartres
(Siglos XII - XVI) |
La novedad que introduce el pensamiento cristiano y que se añade
al racionalismo griego es la consideración de la naturaleza como
símbolo de verdades espirituales. Durante la alta Edad Media, los
hombres se preocuparon más por conservar el legado clásico
que por realizar aportaciones originales. Sin embargo, a partir de la
situación social de esta época se despertó una actitud
que inició una época de desarrollo de técnicas que
tendrían consecuencias posteriormente en el desarrollo de aparatos
científicos. Cambios en el arado, más pesado y con necesidad
de una mayor fuerza de tracción condujeron a la necesidad de la
collera en vez del yugo, para que el caballo no se ahogara tirando y del
arnés para poder utilizar caballos en fila. La rueda hidráulica,
que se aplicó a la molienda del grano supuso también una
descarga en la necesidad de fuerza humana, que se podía destinar
a otras actividades. Mejoras en los timones llevaron a un desarrollo de
la navegación y el comercio por mar. En el campo textil se desarrolló
el torno de hilar y se utilizó energía hidráulica
para abatanar con lo que se conseguía una mayor duración
y densidad de los tejidos. El papel y la pólvora también
contribuyeron a una transformación de la sociedad.
En el siglo XII y principios del XIII se recuperan la ciencias griega
y árabe, particularmente las obras de Aristóteles y Euclides
y, de la unión del empirismo de la técnica con el racionalismo
de la filosofía y la matemática, nace una nuea ciencia que
intentará descubrir la estructura racional de la naturaleza. Se
fue percibiendo que esta ciencia no estaba en conflicto con la idea de
la Providencia Divina y esto llevó a una serie de actitudes respecto
a las relaciones entre razón y fe que aun podemos percibir en nuestros
días.
El Renacimiento
 |
Hombre
de Vitrubio
Leonardo da Vinci (1486) |
Como todas las épocas de la historia, el Renacimiento tiene en
sí unas características propias, pero también participa
de otras que se han venido desarrollando en los tiempos anteriores y es
el punto de partida del tiempo siguiente.
Ya en el siglo XIV se perfilan las monarquías europeas, declina
el feudalismo y asciende la importancia de las ciudades, aparece la burguesía
que imprime nuevas características a la vida cultural y controla
la economía, surgen la mayoría de las actitudes intelectuales
que caracterizan al mundo moderno. Las Universidades son también
una herencia medieval que recibe el Renacimiento, herencia que la ciencia
abandona en el siglo XVII. La invención de la imprenta contribuyó
a difundir las nuevas ideas.
Otra de las características del Renacimiento es la vuelta a las
fuentes de la antigüedad greco-latina. Hay que recordar que desde
la Alta Edad Media, se luchó por conservar este legado, y son ejemplos
de esto las obras de Boecio, Casiodoro, S. Isidoro, etc. A lo largo de
los siglos, principalmente los XII y XIII, se van recopilando en occidente
estas obras, principalmente mediante traducciones del árabe en
Sicilia y Toledo. Con la caída de Constantinopla en manos de los
turcos, acontecimiento que se toma convencionalmente como indicador del
comienzo de la Edad Moderna, vinieron nuevos manuscritos griegos.
Las guerras de Italia y la de los treinta años marcan el fin de
una época y Europa sale de ellas con esa conciencia, quedando definitivamente
muerto el sueño medieval de una cristiandad como agrupación
de pueblos bajo la autoridad del papa y del emperador, por unas divisiones
religiosas y nacionales muy fuertes.
Una característica del Renacimiento que influye en el desarrollo
de la ciencia, es el individualismo. El escolasticismo intentaba unir
los espíritus en una verdad universal, para ello, proponía
el tipo de problemas que había que resolver y el método
que había que seguir para resolverlos. El individualismo concede
la primacía a la experiencia personal, la experiencia inmediata,
el encuentro con lo real. El sabio renacentista es un solitario. En su
ayuda aparece la figura del mecenas, enriquecido en algunos casos gracias
a las nuevas relaciones económicas.
Temas renacentistas característicos del estudio del mundo natural
son el renacimiento del saber, el cuestionamiento de Aristóteles,
la búsqueda de textos de la antigüedad clásica y la
creencia en el poder humano sobre la naturaleza.
Durante la edad media, las obras de Aristóteles tuvieron una importancia
especial y formaban la base de la mayor parte de las discusiones que se
planteaban sobre física y cosmología. La condenación
de algunas de sus doctrinas por el obispo de París en 1277, tuvo
como consecuencia que los filósofos se cuestionaran su autoridad
y como consecuencia la de las explicaciones físicas en general.
Trataron de mostrar que había alternativas a la doctrina de Aristóteles
que eran plausibles y así, a la vez que mostraban esas varias explicaciones,
acentuaban la falta de certeza de todo conocimiento natural. Por ejemplo
Nicolás de Oresme expuso que del mismo modo que se explicaban las
observaciones astronómicas con una teoría geocéntrica,
se podían explicar con otra heliocéntrica. Concluyó
que la elección de una u otra era cuestión de fe.
También es destacable el interés en los siglos XV Y XVI
por el control de la naturaleza a través de la magia natural, utilizando
conocimientos y poderes ocultos. Se pensaba que la naturaleza cedería
sus poderes mediante la revelación divina, más que por el
estudio de textos paganos. En este sentido fue considerada antiaristotélica.
En el renacimiento se legitimó al ser recuperados unos textos de
Hermes Trimegisto, traducidos por Marsilio Ficino. Se consideraba que
Hermes era el depositario de una sabiduría muy antigua.
Se pensaba que había una analogía entre el el hombre, microcosmos
y el universo, macrocosmos. Mediante la aplicación de agentes espirituales,
por medio de la magia natural y la alquimia, el hombre podía controlar
los poderes del universo.
Las analogías y correspondencias entre los poderes activos de la
naturaleza se inferían mediante simples observaciones. Por ejemplo
una semejanza entre una planta y un órgano podía ser considerada
como reveladora del poder medicinal de dicha planta respecto a aquel órgano.
Piedras, fósiles, rocas son clasificados según semejanzas
superficiales de forma o de color. Esta creencia en las analogías
y correspondencias que podían ser usadas para manejar los poderes
ocultos del universo se daba en todas las clases sociales y contribuyó
a la aceptación muy generalizada de la existencia de las brujas,
manipuladoras de los poderes ocultos con propósitos malignos.
También fue un ingrediente importante de la magia renacentista
la creencia en armonías numéricas. Esto resultó crucial
en las obras de Copérnico y Kepler.
El desarrollo de la magia natural, principalmente la obra de Paracelso,
ejerció una considerable influencia en el desarrollo del empirismo,
que subrayaba el papel de la experiencia en la adquisición de conocimientos.
Algunas características diferenciadoras de la ciencia en la nueva
época son:
*El papel de las ideas mágicas o herméticas.
*La influencia de los conceptos cristianos de la divinidad del origen
del universo y de su gobierno. Se pensó también que el estudio
de la naturaleza era complementario y no contrapuesto al estudio de la
Biblia.
*Aumento de la matematización de la física.
*Influencia de los conocimientos técnicos y artesanales.
*Influencia de las teorías baconianas sobre el papel de la observación
y del experimento.
* Un mayor interés por el conocimiento intuitivo y experimental
del hecho individual frente al conocimiento universal, buscado por Aristóteles.
Estas características están muy relacionadas entre sí.
Ya hemos hablado de la magia natural y de las ideas herméticas.
Fue el humanista florentino del siglo XV, Masilio Ficino quien descubre
a Hermes Trimegisto. El mismo fue un gran impulsor del neoplatonismo,
tendencia que se generalizó en el XVI. Esta tendencia filosófica
induce más a dominar la naturaleza que a contemplarla y comprenderla,
además destaca la importancia de las matemáticas en la comprensión
del mundo. La actitud de Aristóteles en estos dos aspectos, búsqueda
de la comprensión y papel asignado a las matemáticas fue
opuesta.
Los conocimientos técnicos y artesanales ganaron en importancia.
Esto se relaciona con la propuesta de Ockam de buscar el conocimiento
intuitivo del hecho individual y también con la fundamentación
de la inducción por Bacon, todo lo cual tuvo una influencia de
tipo general pues sirvió para dirigir la atención a los
hechos y poner en su lugar el papel del experimento. En algunos casos
concretos esta atención a los hechos no fue decisiva, incluso constituyó
un obstáculo momentáneamente. Por ejemplo, la aparición
del cañón no ayudó, inicialmente al nacimiento de
una nueva mecánica, pues los esfuerzos de Leonardo da Vinci, Tartaglia
y Benedetti contradecían, aparentemente, la experiencia de los
artilleros. Aquí, como en tantos otros puntos, la ciencia debe
llegar a un compromiso para poder fructificar, pues la observación
irreflexiva de un hecho concreto es un obstáculo para poder llegar
a la abstracción simplificadora, necesaria a su vez para la elaboración
de teorías con posibilidades de éxito. En la misma línea
de aumento de la importancia de lo técnico, el siglo XVI debe mucho
a Arquímedes, que además suministra un modelo de una ciencia
de la naturaleza, exacta, y a Herón y Vitrubio, que inspiraron
también a los prácticos aunque no a los teóricos,
salvo en la doctrina del vacío.
Francis Bacon tuvo un gran papel en la rehabilitación del científico
de laboratorio, pero no comprendió la importancia que las matemáticas
debían tener en la nueva ciencia. Khun hace una clasificación
de las ciencias físicas en baconianas y no baconianas. Las primeras,
calor, electricidad, magnetismo, no alcanzarán su pleno desarrollo
matemático, hasta el siglo XIX, siendo hasta entonces empíricas
y descriptivas.
Otros aspectos no racionales son los místicos que también
influyen en muchos de los autores. Por ejemplo Para Copérnico y
para Képler tuvo mucha importancia la necesidad de colocar el sol,
imagen de Dios, en el centro del universo.
Por último la principal finalidad del conocimiento científico
en la Edad Media era, fundamentalmente, religiosa, pues ofrecía
técnicas intelectuales para clarificar los misterios del cristianismo,
así como los de cambio, orden, armonía bajo el caos. etc.
Además, así como no podía concebirse un mundo sin
Dios, tampoco podía distinguirse un acontecimiento natural de una
intervención divina sin consideraciones de tipo teológico.
Esta situación se prolongó por bastantes años después
de la Revolución Científica.
Por lo que respecta a la experimentación, en este período,
la investigación experimental inspiraba tan poca confianza, que
se ocultaba muchas veces deliberadamente. Con todo hay excepciones, por
ejemplo, De Magnete de William Gilbert contiene muchos experimentos con
hierro, muchos instrumentos destinados a sus propósitos, refutaciones
objetivas de ideas erróneas, como la posibilidad de obtener movimiento
perpetuo con máquinas magnéticas, etc.
Newton y la Revolución Científica
 |
Sir
Isaac Newton
(1642-1727) |
Con él alcanza su punto culminante la revolución científica.
Justifica plenamente la confianza de Galileo y Képler en la estructura
matemática de la naturaleza y probó que los principios mecánicos
eran una base suficiente para explicar universalmente la ciencia física.
Se hace así mismo manifiesta la unidad de la naturaleza en una
gran síntesis que reveló que los mismos principios, las
mismas leyes eran aplicables en los cielos y en la tierra.
Su ciencia era teórica y experimental, matemática y mecanicista.
Por ejemplo, compara cuidadosamente sus conclusiones con las observaciones
en muchos puntos: la velocidad del sonido en el aire; los periodos de
los satélites de Júpiter, relacionándolos con la
3» ley de Képler y con las predicciones de la gravitación;
los movimientos de los cometas; las mareas; el movimiento de la luna;
la forma de la tierra, etc.
Newton lanzó un ataque demoledor contra la teoría de los
vórtices de Descartes que evidenció la antítesis
que existe entre las fuerzas de atracción newtonianas y las hipótesis
cinemáticas cartesianas.
Newton había demostrado que un vórtice solar continuo era
incompatible con las leyes del movimiento planetario de Képler.
Logró un modelo matemático de un vórtice fluido,
que según él podía experimentarse. Supuso que la
resistencia viscosa aumenta proporcionalmente a la velocidad. Supuso que
la extensión del fluido era infinitamente grande. Con todo esto
probó que los tiempos periódicos de las porciones de fluido
del vórtice o de los cuerpos transportados por él serían
como los cuadrados de los radios. En el universo son siempre como las
potencias 3/2 de los radios.
Leibniz se propuso evitar las críticas de Newton dividiendo el
vórtice en capas separadas deslizándose unas sobre otras
sin fricción y conteniendo cada una un planeta. Eran las esferas
ptolemaicas, fluidas en vez de sólidas. Es un mecanismo ad hoc
nada plausible para salvar la teoría de los vórtices.
Otra gran aportación metodológica que Newton hizo a la ciencia
fue la idea de explicar el comportamiento de los cuerpos macroscópicos
mediante el de los cuerpos microscópicos, entre los que actúan
fuerzas, análogas a las que actúan entre los cuerpos grandes.
Una consecuencia de esto es el programa de actuación que propuso
Newton implícitamente a sus sucesores "investiguen las fuerzas".
En la época de Newton habían alcanzado una gran fuerza las
ideas de Descartes, que rechazaba toda la parafernalia escolástica
como mecanismo aceptable de explicación. Newton sabía que
podía ser acusado de resucitar esas ideas, con sus fuerzas, por
eso su gran interés por explicar la diferencia que existe en su
método. Por ejemplo, en el prefacio de los Principia escribe:
"Los modernos, rechazando formas sustanciales y cualidades ocultas
han procurado sujetar los fenómenos de la naturaleza a las leyes
de las matemáticas, yo he cultivado en este tratado las matemáticas
hasta donde se relacionan con la filosofía."
En otro lugar pronuncia su famosa frase: "No hago hipótesis".
Lo característico de la ciencia Newtoniana, que es en gran medida
la ciencia moderna, es el modo en el que se combinan las matemáticas
y el experimento o la observación. Por ejemplo, en el caso de la
fuerza de gravitación universal, postuló una fuerza, la
fuerza gravitatoria entre dos partículas, y luego, dedujo, lógicamente,
una serie de proposiciones, según las cuales, los movimientos de
los planetas, debían tener unas características determinadas,
los movimientos de los proyectiles también, las mareas también,
etc. Todas esas características se pueden comprobar mediante la
observación.
Con este modo de proceder, en el que se postulan las características
matemáticas de un concepto, en este caso, la fuerza, no se precisa
dilucidar ningún mecanismo que explique en detalle las características
de ese concepto, o sea, no hace falta decir qué es realmente la
fuerza, ni cómo puede actuar a distancia, ni nada por el estilo.
A pesar de esto, no puede decirse, como él decía, que no
hacía hipótesis, porque la fuerza de gravitación
que postuló es una hipótesis.
Otro modo de actuar es partir de axiomas probados experimentalmente, método
que adoptó en su obra Opticks. Esto, de algún modo, contribuyó
a establecer una división artificial de la filosofía natural
de Newton en una rama matemática y otra experimental, lo que iba
en contra de la idea del propio Newton.
Algunos científicos decían que los Principia también
podrían probarse experimentalmente, lo que constituye la negación
del método newtoniano. De éste modo, pretendían que
se podría comprender toda la filosofía newtoniana sin tener
que demostrar los teoremas y lemas, bastante complicados, por otra parte.
Newton propuso a la posteridad un programa de investigación de
la naturaleza que se podría resumir en una frase: " busquen
la fuerzas entre partículas". La experiencia ha venido a demostrar
lo acertado del programa aunque históricamente tuvo sus altibajos,
dependiendo de la madurez de la ciencia en determinadas parcelas del saber.
Por ejemplo, en química, la obra de Dalton cambió durante
bastante tiempo todo el debate filosófico entre los químicos,
al sustituir el empeño, entonces infructuoso de encontrar las características
de las fuerzas responsables de los mecanismos químicos, por la
cuantificación del peso de las unidades químicas, cuya utilidad
se ha demostrado tan evidente.
La Ilustración
 |
François-Marie Arouet
Voltaire
(1694-1778) |
En el Renacimiento aparecen muchas de las actitudes que configuran el
mundo moderno. En lo que respecta a la ciencia, muchas de las características
propias de esta época van a contribuir a su modernización,
pero en sí mismas no son modernas. Por ejemplo la creencia en una
magia natural contribuyó a destacar el interés por el control
de la naturaleza pero se pensaba que estos poderes provendrían
de una revelación divina. Asimismo seguían siendo decisivos
ciertos argumentos de autoridad. También tuvieron importancia las
ideas cristianas del origen del universo y su gobierno.
La Revolución científica promovió el abandono de
todo esto, en la ciencia. La Ilustración pretendió de una
manera generalizada que el hombre se librase de prejuicios, supersticiones,
y dogmas, pretendiendo que fuera la razón y no la tradición,
la última fuente de autoridad. Pero ¿cuál es la razón
de los ilustrados?. Para los grandes sistemas metafísicos del siglo
XVII, como los de Descartes o Leibniz, la razón es el terreno de
las verdades eternas, de lo suprasensible. La razón de los ilustrados
es la del empirista que analiza las ideas y las reduce a la experiencia.
Un ejemplo paradigmático es la Física de Newton: no se pregunta
por ejemplo cuál es la causa o la esencia de la gravedad, no se
pierde en conjeturas sobre la naturaleza última de las cosas, por
el contrario, en continuo contacto con la experiencia, busca las leyes
e intenta contrastarlas con ésta.
Voltaire, en su Tratado de Metafísica escribe: "Nunca debemos
apoyarnos en meras hipótesis; nunca debemos comenzar inventando
principios con los que más tarde explicar todas las cosas. En cambio
debemos empezar por una exacta descomposición de los fenómenos
que nos son conocidos. Si no recurrimos a la brújula de la matemática
y a la antorcha de la experiencia, no podremos avanzar ni un solo paso."
Actualmente se da gran importancia en la metodología científica
a la teoría como guía de la experimentación. Parece
que esta afirmación de Voltaire contradice esto. Hay que situar
la afirmación en su tiempo para comprender que su intención
era defender la importancia de la experimentación y atacar el cartesianismo
que había montado un sistema completo de explicaciones sin apenas
hechos.
En los primeros años del siglo XVIII, el neocartesianismo imperaba
en el continente europeo con Leibniz y Malebranche. Todo cambio apreciable
en la ciencia, respecto a épocas anteriores podía ser atribuido
a Huygens y Leibniz. Medio siglo después, las tradiciones empírica
y matemática inglesas, en particular la física newtoniana
aparecía por todas partes como portadora de la verdad. La metodología
científica de este siglo es pues claramente continuación
de la implantada por Newton en sus Principia.
En Holanda, Gravessande, Boerhaave y Musschenbroek difundieron la obra
de Newton.
En Francia contribuyó grandemente a la credibilidad de esta obra,
las expediciones francesas de Maupertuis y Clairaut al golfo de Botnia
y la de La Condamine y Bouguer al Perú, para medir ambos la longitud
de un grado de latitud para comprobar si la Tierra era achatada por los
polos, como Newton había predicho.
La tradición experimental newtoniana fue cultivada en el siglo
XVIII por varios estudiosos de la electricidad, como Gray, Du Fay, Franklin,
etc. Estos científicos eran neocartesianos, que utilizaban las
características hipótesis de fluidos, de forma cualitativa.
Esto se pone claramente de manifiesto en los textos que mostramos. Al
final fueron los franceses los que impusieron el orden matemático
newtoniano en la ciencia de la electricidad. Esto último se podría
apreciar profundizando en los aspectos señalados en la información
La conquista de los conceptos diferencia de potencial y fuerza
electromotriz
La corriente que fluye en un circuito voltaico dado, evidentemente, depende
no solo de los conductores que forman el circuito sino también
del “poder-impulsor” de la batería. En orden a formar
una completa teoría de los circuitos eléctricos era, por
tanto necesario tomar en cuenta ese “poder-impulsor”. Este
avance fue efectuado en Ohm (1826) en el artículo que acabamos
de describir, aunque él, no llegó a comprender su naturaleza
de un modo preciso. Ohm tenía una gran experiencia sobre estas
cuestiones. Como señala Whittaker (1989) había descubierto
que si un número de células voltaicas se colocan en serie
en un circuito, la corriente es proporcional a su número si la
resistencia externa es muy grande, pero es independiente de éste,
si la resistencia externa es pequeña. Este y otros descubrimientos
le impulsaron a buscar una teoría consistente que los combinase
todos.
Para este propósito adoptó la idea de comparar el flujo
de electricidad en una corriente al flujo de calor a lo largo de un alambre,
cuya teoría era familiar a todos los físicos desde la publicación
por Fourier de su “Teoría analítica del calor”
en 1822.
La comparación entre el flujo de electricidad y el flujo de calor
sugería la propiedad de introducir una cantidad cuyo comportamiento
en problemas eléctricos se asemejara al de la temperatura en la
teoría del calor. La diferencia entre los valores de una tal cantidad
entre dos puntos del circuito podría proporcionar una medida del
“poder-impulsor” que actuara sobre la electricidad entre los
dos puntos. Para llevar adelante esta idea, Ohm recurrió a la teoría
de Volta de la condición electrostática de la pila en circuito
abierto. Era costumbre medir la “tensión” de la pila
conectando un terminal a tierra y poniendo a prueba el otro terminal mediante
un electroscopio.
Ohm supuso que cada célula voltaica posee una tensión definida,
o discontinuidad de fuerza electroscópica, que debe ser vista como
su contribución a la fuerza-impulsora de cualquier circuito en
el cual pueda ser colocada. Esta suposición confiere un significado
definido al término “fuerza electroscópica”;
la fuerza en cuestión es idéntica al potencial electrostático.
Pero Ohm y sus contemporáneos no comprendieron correctamente la
relación de las concepciones galvánicas con las funciones
electrostáticas que Poisson había establecido a finales
del siglo XVIII, en diversas memorias, en las que se mostraba el concepto
y diferentes características de lo que hoy conocemos como potencial
electrostático y a lo que también contribuyeron decisivamente
Lagrange, y Laplace en esa misma época.
La fuerza electroscópica en la pila abierta era generalmente identificada
con la densidad superficial de la capa de carga eléctrica en el
lugar puesto a prueba; mientras Ohm reconociendo que las corrientes eléctricas
no estaban confinadas en la superficie del conductor, sino que penetraban
su sustancia, parecía haber pensado que la fuerza electroscópica
en un lugar de un circuito era proporcional a la densidad volumétrica
de la electricidad en ese lugar. Esta idea resultaba coherente por la
relación que, en la analogía que él utilizaba, existe
entre la temperatura de un cuerpo y el volumen densidad de calor, supuestamente
contenido en él.
Designando entonces por S la corriente que fluye en un alambre de conductividad
γ, cuando la diferencia de las fuerzas electroscópicas entre
los terminales es E, Ohm llegó a escribir
S = γE
A pesar de la confusión que estaba asociada a la idea de fuerza
electroscópica, y que no fue aclarada por algunos años,
la publicación de la memoria de Ohm constituyó un gran avance
en la filosofía eléctrica. Se comprendía ahora, claramente
que la corriente que fluye en un conductor depende solo de la conductividad
inherente al mismo y de otra variable que guarda en electricidad la misma
relación que la temperatura guarda en el calor; y más aún,
se imaginaba que esta última variable es el lazo que conecta la
teoría de las corrientes con la vieja teoría de la electrostática.
Fue posteriormente Gustav Kirchoff quien, en 1848 trató de armonizar
los potenciales de la teoría electrostática con la ley de
Ohm, pero fue Rudolph Kohlrausch, en el mismo año, como describe
Whittaker (1989), “quien mostró que la diferencia de las
“tensiones” eléctricas en los extremos de una célula
voltaica, medidas electrostáticamente con el circuito eléctrico,
era proporcional a la fuerza electromotriz, medida por los efectos electrodinámicos
de la célula con el circuito cerrado; y posteriormente, que, cuando
el circuito estaba cerrado, la diferencia de las tensiones, medida electrostáticamente,
entre dos puntos cualesquiera del circuito externo, era proporcional a
la resistencia óhmica existente entre ellos. Pero a pesar de todo
lo dicho, era todavía desconocido cómo “tensión”
o “fuerza electroscópica” o “fuerza electromotriz”
deberían ser interpretados en el lenguaje de la teoría electrostática;
recordemos la confusión entre densidad superficial de carga electrostática
y fuerza electroscópica, que existía entonces. La incertidumbre
fue finalmente despejada en 1849 por Kirchoff, quien identificó
la fuerza electroscópica de Ohm con el potencial electrostático”.
El siglo XIX
 |
Crystal
Palace (Londres)
Sir Joseph Paxton (1851) |
Hay cuatro aspectos importantes a considerar, en
lo que a relaciones con la ciencia se refiere. Por una parte la diferente
importancia de países como Francia, Gran Bretaña y Alemania
en la hegemonía y en las características propias de la ciencia
que elaboraban. En segundo lugar, la creciente influencia que ejercieron
las que podríamos llamar sociedades científicas; en tercer
lugar, la creciente complejidad de los conocimientos científicos,
que condujo a la creciente profesionalización de la tarea científica
y por último el papel de la industria y sus necesidades en la expansión
de los conocimientos científicos.
Puedes completar la información sobre historia de la ciencia pinchando
aquí.
IH.Ej.1 Situar a cada científico, en el intervalo
temporal que corresponda a su vida, utilizando la siguiente línea
del tiempo.
|
1893
1879
1871
1869
1868
1864
1859
1848
1824
1820
1815
1802
1789
1776
1762
1748
1717
1688-1689
1686
1661-1715
1618-1648 |
Fabricación del
motor Diesel
Edison inventa la lámpara de incandescencia
Se completa la Unidad Alemana bajo la dirección de Prusia
Ley en Prusia que limita el horario de trabajo de los niños
entre 14 y 16 años a 10 horas diarias
Carlos Marx publica El capital
Isabel II es expulsada de España
Se inicia el proceso de Unidad de los 7 Estados italianos
Revoluciones burguesas en diversos países europeos
En Gran Bretaña se publica la primera ley autorizando la huelga
Primera revuelta liberal en la Europa de la Restauración
Congreso de Viena
Fin del Imperio Napoleónico
Vuelta del Absolutismo. Restauración
J.Watt inventa la máquina de vapor
Se inicia la Revolución Francesa
Revolución e Independencia de los Estados Unidos de América
Rousseau publica El Contrato Social
Montesquieu publica El Espíritu de las Leyes
Concluye la Guerra de Sucesión Española
Revolución en Inglaterra
Newton publica los Principia
Gobierno de Luis XIV de Francia, el “Rey Sol”
Guerra de los Treinta Años |
Gray 1666-1736
Du Fay 1697-1739
Franklin 1706-1790
Nollet 1700-1770
Diderot 1713-1784
D´Alembert 1717-1783
Galvani 1717-1798
Volta 1745 – 1827
Ohm 1789-1854
Joule 1818-1889
IH.Ej.2 Elegir uno de los científicos de IH.Ej.1
y describir el contexto político social y cultural en el que se
desarrolló su vida, esto es, los acontecimientos más importantes
relacionados con su país, las circunstancias de la sociedad de
su tiempo, las principales ideas filosóficas que imperaban y las
características del arte es su época, citando también
algunas de las principales obras de literatura, música, pintura,
escultura y arquitectura. Puedes utilizar la información histórica
que viene en www.monografias.com.
IH.Ej.3. Cada dos alumnos elaborarán un póster
explicando la vida de uno de los científicos de IH.Ej.1. Incorporarán
en él unas frases del texto que hemos proporcionado, en el idioma
del científico, y lo situarán en su país, tal como
era en su época.
IH.Ej.4 La construcción de la ciencia es una
tarea colectiva. Hemos visto una ejemplo de ello en los científicos
que hemos presentado, relacionados con la electricidad. Utiliza los mapas
de la página www.nationalgeographic.com
para situar el lugar de nacimiento del personaje. Para insistir en
la importancia de esta variedad de contribuciones te mostramos un ejemplo
de los idiomas
de los científicos que hemos presentado: francés, inglés,
italiano, alemán, junto con el latín, que es el idioma de
los siguientes.
IH.Ej.5 Los siguientes personajes no
han tenido una importancia en el desarrollo de la electricidad, pero sí
en el de la filosofía o la cultura, en general.
Lucrecio 96 adC - 55 adC
Séneca 4 adC-65
Plinio 23-79
Isidoro de Sevilla 560-636
Se pueden desarrollar las mismas actividades que
con Gray...Joule.
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